A miles de kilómetros de España, el presidente del Gobierno anuncia que el acuerdo de amnistía es inminente y que incluirá más garantías para Puigdemont. Pedro Sánchez confía en la amnistía como elemento redentor ed su gobierno.
Conseguido que el fugado y otros compañeros de delitos queden limpios, el presidente cree tener garantizada la continuidad. Así era la teoría hasta que llegó el caso Koldo, un chapapote que se extiende por ministerios, gobiernos autonómicos y que tizna decisiones del Consejo de Ministros relacionadas, por ejemplo, con Air Europa.
Tiene razón el Gobierno en pensar que la amnistía le brinda los apoyos que necesita para su gobierno. Pero el caso Koldo tiene sus peligros. Porque no es la primera vez en España que un caso de corrupción hace caer a un gobierno. Sánchez lo sabe bien por qué así llegó él a presidente.
