OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "La pandemia se acelera y un ministro bromea"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre las declaraciones del ministro de Universidades, sobre las medidas de control en los aeropuertos y sobre el decreto de la normalidad que se convalidará el jueves en el Congreso.

Carlos Alsina

| 23.06.2020 08:27

Suerte a los estudiantes que hoy avanzadilla en Navarra. Los primeros de la Evau de este curso anómalo. Cuatro mil alumnos que han sacado adelante segundo de bachillerato desde casa y que hoy acuden al campus a examinarse con mascarilla, distancia de seguridad y resto de nuevas normas. ¡Y sin tocarse! Que ayer el ministro de Universidades tenía el día simpático y pudo malinterpretarse su exaltación del roce juvenil.

Celebraba el ministro la enseñanza presencial frente a la telemática y entre sus virtudes mencionó esto de que la gente pueda tocarse. Pues que no sea hoy, ministro. Ni hoy ni mientras tengamos una epidemia para la que no hay ni tratamiento ni vacuna. Tenga presente que el jueves su gobierno lleva al Congreso un decreto que establece que hay que mantener un metro y medio de distancia entre estudiantes. En los colegios y en las facultades. Le preguntamos la semana pasada a la ministra Celaá en este programa si lo de la distancia podía revisarse y dijo que ni de broma.

No estamos para bromas, es el mensaje del gobierno. Menos aún ahora que tenemos un brote entre temporeros de Huesca que probablemente se ha extendido ya a Lleida, un foco en Navarra consecuencia de dos fiestas familiares y setecientas personas contagiadas en Alemania en una planta cárnica. Sobre los mataderos también hizo chiste ayer el ministro de universidades

El ministerio de Sanidad esforzándose en aclarar que los contagios en mataderos no es porque el virus vaya en la carne, sino que lo traen consigo empleados que se han contagiado fuera, y el ministro Castells se tira en plancha al charco de sugerir que el problema es consumir carne. Para bromas estamos.

El siete de marzo le preguntaron al doctor Simón por la manifestación del 8M y su respuesta todavía hoy le persigue: dijo que si su hijo le preguntara él le diría que hiciera lo que quisiera. Han pasado tres meses y medio y ahora le han preguntado a Simón no por las manifestaciones sino por las verbenas de esta noche. La noche de San Juan, de hogueras y de fiestas populares.

El que tenga tos que no vaya y el que vaya que respete las normas. Distancia y mascarillas. Dice el doctor que en Sanidad siempre han dicho lo mismo sobre las acontecimientos que reúnen gente, pero no es exactamente así. Que los que tengan síntomas no vayan sí lo ha recomendado siempre. Que el que vaya mantenga la distancia o se ponga mascarilla es una recomendación reciente. En marzo lo de la mascarilla era una extravagancia propia de histéricos y miedosos.

Ahora que hemos dejado atrás el estado de alarma y el confinamiento, el temor de Sanidad es que vayan a más los focos que se han detectado en algunas provincias, sobre todo los de Huesca, que han llevado al gobierno aragonés a restablecer algunas restricciones en tres comarcas. Eso, y los posibles casos importados de turistas que vienen a España ya sin cuarentena. De momento los europeos y a partir del primero de julio, el resto. El alcalde de Madrid pidió ayer en este programa más controles para los viajeros en Barajas. Y pruebas de PCR aleatorias.

Esta idea de requerir los PCR en origen, para que los viajeros sólo puedan embarcar camino de España habiéndose hecho el test, o de hacer aquí PCR aleatorios no gusta al ministerio de Sanidad. No ven que garantice nada.

En realidad, y por lo que explicó ayer Fernando Simón, a él tampoco le parece que sirvan de mucho ni los controles de temperatura en aeropuertos (que nunca recomendó) ni las otras medidas que se han adoptado. Dice que, como mucho, pueden ser disuasorias para algunos viajeros con síntomas, pero nada más. Es decir, e interpretando al doctor, que nada de todo esto garantiza que no se nos cuelen casos importados que no sean detectados al llegar a España. Pero que ha prevalecido el criterio no sanitario sino económico.

Vivimos de lo que vivimos. La cuarentena para turistas se levantó no porque haya dejado de existir riesgo de importación sino porque, con cuarentena, no iba a venir nadie de vacaciones. El doctor admite en público lo que todo el mundo sabía. Bien es verdad que nadie va a acusar al gobierno de anteponer la economía a la salvación de vidas porque ése fue un debate de la fase uno. Y porque lo de tenemos que vivir y vivimos de lo que vivimos no lo ha dicho Díaz Ayuso, que si lo hubiera dicho ya le estarían lloviendo piedras.

El jueves el Congreso convalidará el decreto de la normalidad, es decir, las nuevas normas de salud pública que están vigentes: mascarilla, distancia, desinfección. Ciudadanos apoyará el decreto, como lo hará el PNV y como es posible que haga también el PP. Esquerra, esta vez, no tiene la llave.

Qué alegría, dice Edmundo Bal, líder imprevisto de Ciudadanos en ausencia de Inés Arrimadas.

El PNV, con elecciones en julio, pide a Sánchez que aclare su política de pactos (boca chica, no hay riesgo de divorcio) y Esquerra no es que se haya enfadado, es que acusa a Ciudadanos de estar rompiendo el mercado parlamentario por la bajada de precio de los apoyos.

Que el gobierno ha optado por los votos más baratos, que son los de C’s, a cambio de nada. Obsérvese el reproche capitalista que hace la portavoz de Oriol Junqueras. Lo que diga el decreto que se vota es lo de menos, lo indignante es que Sánchez prefiera los diez síes de Ciudadanos sin contrapartidas a las trece abstenciones de un partido, Esquerra, que presume de haberle arrastrado a la mesa de partidos sobre Cataluña. Entre el que te apoya gratis y el que te humilla cada vez que te echa una mano, es incomprensible, ¿verdad?, que no escojas al segundo.

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