Día de Aragón (por San Jorge). Día de Castilla y León (por los comuneros). Día del libro (por Cervantes). Y día, sobre todo -con permiso de aragoneses, barceloneses y castellanos-, de Luis Mateo Díez. Fabulador, generoso creador de lugares y habitantes de esos lugares, autor genuino que llegado a la novena década de su vida real, que es la sexta de su vida literaria, estará a esta hora -imagino- terminando de ponerse el frac para lucir como un pincel en la ceremonia de entrega del Cervantes.
Le esperan los reyes, encantados -esto también lo imagino- al saber que el discurso de este año lo podrán disfrutar, a diferencia de otros años que, aunque nunca alcancen a confesarlo, todo lo más que han podido es aguantarlo con dignidad. Regia, por supuesto.
Hoy contará un cuento Luis Mateo Díez
Hoy toma la palabra en Alcalá un consumado artesano de la frase al que no le gustará que le acabe de llamar consumado. Tan parecido a consumido. Pero la culpa es suya por andar haciendo bromas sobre lo bien que le sienta a uno el frac lo mismo cuando sube al estrado de una ceremonia soberana como cuando reposa, finado, en el ataúd de madera ajeno ya a la opinión que sobre él, y su desempeño de difunto, pueda hacer ninguno de los invitados.
Hoy contará un cuento Luis Mateo Díez, celebrado -en justicia- por sus colegas y aún más, por supuesto, por sus amigos, empezando por Merino. El cuento en el que un niño de pueblo minero oye hablar por primera vez de un aventurero capaz de salir a arreglar el mundo cabalgando un rocín y asistido por un labrador con la sal justa en la mollera.
El niño al que un maestro lector subió a lomos de la literatura universal para que también él se aventurara a conocer mundo. El día que se anunció su premio se apareció Mateo Díez en este programa de actualidad para declararse asediado por la actualidad.
Diputados y senadores en su nueva condición de investigadores
Vamos a la actualidad, entonces. En este día en que lectores de diarios y oyentes de la radio se maravillan con las incontables revelaciones que diputados y senadores, en su nueva condición de investigadores, consiguieron aflorar sobre la compra de mascarillas en los primeros meses de la pandemia.
Desde que el diputado Hernández Moltó, hace ya treinta años, le dijo a Mariano Rubio en una comisión de investigación aquello de ‘míreme a la cara’, sus señorías tratan de emularle dirigiéndose al compareciente -no te digo ya si es presunto delincuente y se llama Koldo- con dureza sobreactuada.
El senador Santamaría, del PP, vino a confirmar aquello que Koldo había anticipado: que lo que ayer dijera daba un poco igual porque su sentencia política ya está emitida sin esperar no ya a la sentencia judicial, sino siquiera a que el juez termine la investigación y dicte auto de procesamiento.
Koldo combinó la no respuesta con la indignación
Está en su derecho, sólo faltaba, Koldo García a reclamarse inocente. ¿Acudirá él, de nuevo, al Senado en caso de ser declarado culpable y para responder a todas las preguntas que ayer dejó en blanco? Ayudaría que explicara si el patrimonio inmobiliario de que dispone es el que dice la UCO y si se corresponde con los ingresos que tiene declarados.
Sólo si alguna vez un tribunal lo exonera podrá dolerse del daño moral que se le ha causado
Sólo si alguna vez un tribunal lo exonera podrá dolerse del daño moral que se le ha causado. Porque si es culpable, el daño se lo habrá causado él mismo, a él y a su familia, metiendo la mano donde no debía. Ayer combinó la no respuesta a lo que se le preguntaba con la indignación cuando, para una vez que respondía, un senador le pidió que abreviara.
Miraba a su abogado buscando el permiso para lanzarse a replicar a quien le preguntaba. Y cuando Bildu preguntó, salió escaldado.
Illa se vio con Koldo y no le compró nada
El ímprobo trabajo de investigación, plasmado ayer en la primera jornada de dos comisiones, dos de investigación (falta de una) se reduce a una sola novedad: Salvador Illa se vio con Koldo. Se vio con él y no le compró nada. ¡Acabáramos, dijo Bendodo, reconoce usted que trató con la trama!
La trama. Hay que decir la trama porque si no la cosa suena floja y no delictiva
La trama. Hay que decir la trama porque si no la cosa suena floja. Floja y no delictiva. Si dices: entonces, ¿usted se vio con Koldo? Sí, señor. Era el hombre de confianza del ministro de Fomento, uno de los cuatro integrantes del mando centralizado que creó Sánchez, se ofreció a facilitar contactos de empresarios que podían traer mascarillas y le recibí en mi despacho. ¿Y? En aquel momento ni estaba detenido ni era sospechoso de nada. Ni nadie lo llamaba trama.
La esencia del caso Koldo
En el serial éste de Koldo el asunto no es quién habló o dejó de hablar con él, sino si algún alto cargo le adjudicó a su colega Víctor de Aldama contratos públicos sólo por el hecho de venir recomendado por Koldo incurriendo en trato de favory tráfico de influencias. O pagando precios superiores a los que ofrecían otros proveedores sólo por ser Koldo y a sabiendas de que se quedaría un porcentaje en comisiones.
Ésta es la esencia del caso. No que en pandemia hubiera espabilados -o aprovechados, como dijo Illa- que hicieran negocios golosos aprovechando la urgencia y el desmadre que se apoderó del mercado, sino si uno de esos espabilados era empleado del ministerio de Fomento, asesor del ministro, y utilizó su condición para enriquecerse en negro sacando tajada de una labor que tendría que haber hecho sin llevarse un euro porque, como diría Latorre, era su trabajo. ¿Cuál? Contribuir a que las mascarillas y el material sanitario llegaran. Pero no para enriquecerse él ni sus colegas, sino para poder proteger a empleados de los servicios públicos sin generarle un sobrecoste al Estado.
El asunto es si algún alto cargo le adjudicó a su colega Víctor de Aldama contratos públicos sólo por el hecho de venir recomendado por Koldo
Salvador Illa dejó dicho ayer que aparecer mencionado en una conversación entre imputados no supone que uno mismo lo esté, gran verdad.
Ahora sólo falta que se lo diga a su propio partido, que ha hecho de dos menciones aparecidas en el sumario -la de Miguel Tellado y la de un Alberto- el estribillo de sus imputaciones al PP, como bien saben Alegría, Peña, Patxi, Montero y una larga lista de portavoces colegas de Illa.
Rufián, que es de los que dedican tiempo a preparar las preguntas y procura hacerlas de forma que queden claras, se destapó ayer como un defensor de la meritocracia, tan cuestionada en otros ámbitos de la izquierda.
Eso se lo pregunta usted a Ábalos el día que venga. Igual lo que más cantó en la comparecencia de Illa ayer fue el papelito con las preguntas que fue leyendo el grupo que lo convocó, que es el PSOE. Preguntas leídas y respuestas del ex ministro también leídas porque para eso estaba todo guionizado.
Los socialistas, de fiesta por ser tercera fuerza política
Ayer estaban los socialistas de fiesta porque en las elecciones vascas han sacado doce escaños de un parlamento de setenta y cinco. Y porque son la tercera fuerza política, con quince escaños menos que los dos primeros. Cómo no celebrarlo. Tenía más interés la portavoz del partido, señora Peña, en sacudir al PP que en comentar el resultado de Bildu y su actitud, ¿cómo dijo su compañera Alegría, incompatible con la democracia?
Ayer tocaba defender a Bildu del malvado PP que lo vincula con ETA.
Pues claro. Tiene la habilidad la señora Peña de hacer declaraciones que se puede aplicar a sí misma. ¿Qué quiere decir cada vez que habla de Vox, que hay 3 millones de ultras en España, fascistas nostálgicos de la dictadura y negacionistas de la violencia machista? Son partidos democráticos todos los que se presentan a las elecciones y los ciudadanos eligen en libertad.
¿Qué quiere decir cada vez que habla de Vox, que hay 3 millones de ultras en España, fascistas nostálgicos de la dictadura y negacionistas de la violencia machista?
Pero bueno, se entiende el alivio socialista y su afán por adjudicarse el mérito de que la conjunción de partidos que sostiene al gobierno (PNV-Bildu-Sumar-PSOE) goce de tan notable salud en el País Vasco.
El tercer peor resultado del PP en las elecciones vascas. Se ha estudiado los números la señora Peña. Si se los vuelve a estudiar comprobará que el Partido Socialista de Euskadi obtuvo el domingo su tercer peor resultado de la historia en escaños. En eso, mira, están empatados.