Quinientos treinta años después.
Si éste hubiera sido el programa de radio de un 12 de octubre de 1492 ---y si hubiera habido radio entonces, claro--- lo primero que estaríamos contándoles, porque habríamos conseguido enterarnos vaya usted a saber por qué conducto, es que a las dos de la madrugada, en algún lugar del océano Atlántico, un marinero embarcado en la Pinta avistó tierra confirmando, así, que es factible navegar hasta las Indias desde España no hacia el Este sino hacia el Oeste.
Si éste hubiera sido el programa de radio del 12 de octubre de 1492, el primer testimonio sonoro que habríamos escuchado habría sido ése cantando tierra como quien canta gol en Cipango, y en la tertulia habríamos debatido sobre si era sensato proclamar ya que el mundo es un pañuelo o era prudente esperar a ver qué tierra exactamente era ésa y cuánta pimienta y cuánto clavo y cuánto oro aportaría a la doble corona católica española. Comentaríamos las previsiones económicas de los analistas, cuántos puntos de PIB significaría para la contabilidad nacional ir y venir de las Indias. Y cuánto empleo. Y si al haber más oferta de productos bajarían los precios. E intentaríamos entrevistar a los dos protagonistas del día, en directo desde Guanahaní, el vigía vecino de Triana al que llaman Rodrigo, o Rodríguez ---a ver si se va a llamar Juan este Bermejo---, y el navegante extranjero, afincado en España, que se ha hecho merecedor ---ahora sí--- del título inflado de Almirante de la Mar Océana. Este Colón del que apenas se sabe nada porque ni tiene cuenta en Instagram ni hace vídeos de tik tok manejando la aguja de marear y citando a Ptolomeo. Extraño personaje este Colón, tan reservado para algunas cosas y, a la vez, tan petulante en la exhibición de sus méritos.
Quinientos treinta años después, y como no pudimos contar en directo, entonces, el Descubrimiento de América ---que ni se llamaba América, ya, ni estaba sin descubrir del todo, ya, ya---, reviviremos esta mañana, a partir de las 11.00, en nuestra hora sexta, los muchos y asombrosos acontecimientos que trajo consigo aquel año de 1492. No fue sólo lo de América. Fue también lo de Roma. Fue lo de la Gramática. Fue lo de la imprenta.
'1492'. En Más de uno, esta mañana, estamos de estreno.
El Gobierno ha indultado a Abel Caballero
A dos meses y medio de la Navidad, el Gobierno ha indultado a Abel Caballero. Las luces navideñas se quedan fuera de las restricciones en el consumo eléctrico. No se topa la Navidad. Cada alcalde podrá gastar en luz lo que le parezca más oportuno. A ser posible, sustituyendo toda bombilla antigua por leds, comodín de los ayuntamientos para justificarse a sí mismos: sembramos de luces la ciudad, pero son leds, eh, un consumo bajísimo.
En el plan de contingencia ---perdón, de Seguridad Energética--- que aprobó ayer el Consejo de Ministros hay mucha literatura y poco nuevo. Primero, porque la mayoría de las medidas de ahorro ya se están aplicando. Segundo, porque las nuevas medidas están sin rematarse aún del todo. Vienen reclamando los administradores de comunidades de vecinos que se acuerde el gobierno de quienes tienen calefacción central, las calderas comunitarias. Y el gobierno va atender esa petición. Aunque aún no diga cómo. La subvención al consumo ---ayudar a pagar--- no es, en realidad, reducción del consumo. Y el compromiso que requiere Bruselas es que cada país se organice para reducir su necesidad de energía. Ahí las nuevas medidas que plantea el gobierno afectan más al sector público que a los particulares. A nosotros lo que se nos incita es a instalar placas solares aprovechando las ayudas oficiales ---autoconsumo--- y la persuasión a los consumidores para que vigilemos lo que gastamos. En la factura se nos informará de la media de consumo de nuestro barrio para que podamos ver si estamos entre los que más o los que menos. Pero, en conjunto, hay más recomendaciones que obligaciones. Algunas tan básicas como aprovechar cuando hace sol para tender la ropa prescindiendo de la secadora o apagar las lámparas cuando haya luz natural. Recomendaciones más que obligaciones. Que sólo llegarán si la cosa se pone aún más fea.
Es conocido que el nuestro es uno de los países menos dependientes del gas ruso, de ahí que no suframos los efectos del corte del suministro que sí padecen otros países. Alemania, sobre todo. Con consecuencias tanto en sus medidas de ahorro ---su plan es más severo que el nuestro--- como en su actividad económica: Alemania es, con Italia, el país europeo con peor pronóstico a juicio de Fondo Monetario Internacional. Que prevé en el 2023 recesión en estas dos naciones del euro y pérdida de fuelle en todos los demás. También en España, con una estimación del 1.2% para el año que viene que se queda muy lejos del 2.1% que mantiene el gobierno. Crecer, creceremos, como dice la vicepresidenta Calviño, pero a un ritmo tan bajo que si los precios siguen desbocados se hará popular el palabro estanflación. Porque estaremos, en efecto, estanflados. O sea, desinflados pero pagándolo todo carísimo.
Nadie sabe si los vocales del Poder Judicial se comerán el turrón
Y a dos meses y medio de la Navidad, aún nadie sabe si los vocales del Poder Judicial se comerán el turrón.
Sigue vacante la presidencia del Consejo y no hay más novedad, en la historia interminable de este estropicio, que la confirmación, por parte de Feijóo, de que ya no condiciona la elección de nuevos vocales a la tramitación, a la vez, en el Congreso de la reforma legal para cambiar, a futuro, la forma de elegirlos.
Traducido: que el PP condiciona la renovación a que el PSOE acepte tramitar una reforma de la ley orgánica, pero no necesariamente ahora. Esta parte de su propuesta de julio, a la que se refirió anteayer el señor González Pons resulta que ya no se mantiene, Hulio. Ahora falta saber qué otras cosas de las que gobierno y PP mantienen en público han dejado de mantenerlas en privado.
