A la luz de las antorchas y con música de Nina Hagen va abandonando la escena Angela Merkel. Costumbres alemanas, señora. Es tradición en aquel país que el jefe de Gobierno que deja de serlo, jefa en este caso, sea despedida por el Ejército en una ceremonia nocturna, con antorchas, y con banda de música que interpreta en su honor temas musicales elegidos por ella.
Alemania despide a Merkel al ritmo de Nina Hagen
Merkel ha escogido un himno protestante del siglo XVIII, una balada que habla de la ambición juvenil y su rebeldía y... esta canción de Nina Hagen.
¿Se imagina usted que importamos esta tradición a España? En los jardines de la Moncloa, entre soldados con antorchas y Sánchez escuchando la versión castrense de sus canciones favoritas,mientéme y di que no estoy loco, de Bosé, y si somos los mejores bueno y qué, del acervo popular, con todos sus ministros (y ministras) en plan grouppie.
Está perplejo Rufián porque Sánchez le ha timado con Netflix. Pero hombre, Gabriel, tienes que estar atento a la bolita, no al cubilete, que es Sánchez
En los medios alemanes se dice que el pueblo está sorprendido de que Merkel haya elegido Nina Hagen. Que igual es que en dieciséis años gobernando el país no han llegado a conocerla realmente. Fíjate. A diferencia de aquí, que al presidente, a estas alturas, quién no le conoce. Dices: está perplejo Rufián porque Sánchez le ha timado con Netflix. Pero hombre, Gabriel, tienes que estar atento a la bolita, no al cubilete, que es Sánchez.
Alemania va despidiendo a Merkel y dando paso a sus dos sucesores. Uno, socialdemócrata, el inminente jefe de Gobierno Scholz. Dos, la presidenta conservadora de la comisión europea Von der Leyen, aspirante a suceder a Merkel como cabeza visible de la Unión Europea. Que hace una semana, acuérdese, abogaba sólo por persuadir a quienes aún no están vacunados, convencerles.
La presidenta de la Comisión Europea a favor de la vacunación obligatoria
Pero que ayer cambió de discurso e introdujo la posibilidad de obligar a vacunarse a todo el mundo. Y en toda Europa.
Ha llegado el momento, dice la alemana, de tener este debate. Sutil forma de tomar postura a favor de la vacunación obligatoria y en perfecta sintonía, por cierto, con su país de origen, donde el debate ya está en el Parlamento impulsado por el nuevo Gobierno de coalición que empieza a ejercer la semana que viene. Y que defiende que la vacunación, en efecto, sea obligatoria.
En España el debate de la vacunación obligatoria nos queda más lejos que a otras naciones con tasas peores. En Alemania, la vacunación no llega al setenta por ciento
Aquí, en España, este debate tiene poco fuste por una razón: y es que estamos ya vacunados casi todos. Noventa por ciento de la población mayor de doce años. No puede decirse que en España la causa de que los contagios o las hospitalizaciones aumenten se deba a la resistencia popular a vacunarse. De hecho, no consta que en España haya habido gran resistencia a ninguna de las obligaciones, normas o restricciones que en cada región han ido aprobando las autoridades.
Se está administrando ya la dosis de refuerzo a los mayores de sesenta y la mayor tasa de incidencia se da en la franja de edad de menores de doce años, es decir, quienes aún no han podido ser vacunados porque la vacuna infantil no está disponible. El debate de la vacunación obligatoria, como el de las multas que ya existen, por ejemplo, en Grecia para quienes no se pongan la tercera dosis, nos queda, por todo ello, más lejos que a otras naciones con tasas mucho peores. Entre ellas, Alemania, donde la vacunación no llega al setenta por ciento.
Epidemia y perspectivas económicas, los dos grandes asuntos
Epidemia y perspectivas económicas son los dos grandes asuntos de estos días. Con el nuevo disgusto que ayer encajó el Gobierno: la OCDE le ha pegado un hachazo a sus previsiones para España.
Caray, debió de pensar la vicepresidenta Calviño: dos puntos de recorte de golpe. En septiembre preveía la OCDE que creceríamos este año un 6,8 y ahoraapenas alcanza a ver un cuatro y medio. En línea con el desinflamiento de expectativas que, para España, están haciendo todos los organismos internacionales.
Nuevo disgusto que ayer encajó el Gobierno: la OCDE le ha pegado un hachazo a sus previsiones para España
Caray, sí. Con todo, el Gobierno mantiene que nuestro ritmo de recuperación es sólido y que el empleo es la demostración más clara de ello. En un hora conoceremos los datos de paro y Seguridad Social de noviembre y, en efecto, serán buenos. Entiéndase buenos en el sentido de que mejorar lo que había, no de que en la comparación con los demás países europeos tengamos nada por lo que sacar pecho.
Si en vacunación somos líderes, en paro también
Si en vacunación somos líderes, en paro también. Les conté a las siete que hoy también publica Eurostat la estadística del empleo europeo y que es ahí, al ver dónde están los demás y donde no dejamos de estar nosotros, cuando se entiende que la brecha crónica que nos separa de Europa sea causa de preocupación a perpetuidad de la Comisión Europea. Y que se mire con siete ojos cualquier cambio que se introduzca aquí a la legislación laboral.
La epidemia y la situación económica son los dos asuntos verdaderamente relevantes. Dices: ¿más que lo de Casado y Ayuso? Va a ser que sí. ¿Más que lo de Yolanda y Ione Belarra, por citar otro caso de rivalidad a muerte en la misma familia ideológica? Va a ser que también. ¿Más que el lío que se traen el PSOE, Esquerra y Podemos sobre la cuota Netflix? Pues sí, también.Caray, dijo ayer Calviño cuando le pregunté si han engañado al compadre Rufián.
Al serial de Rufián y el Netflix se sumaron ayer los Comunes de Colau, que se quejan de que tampoco nadie ha contado con ellos. Y lo dice Asens, que es portavoz adjunto del grupo de Podemos en el Congreso, o sea, del grupo del Gobierno.
El serial de Génova 13 Rue del Percebe tuvo ayer a Rajoy de artista invitado
Y en el serial de Génova 13 Rue del Percebe, que dice Amón, tuvo ayer a Rajoy de artista invitado. Y un poco anacrónico. Presentaba su nuevo libro el ensayista superventas en que se ha convertido el ex presidente e invitó al acto, para que no se diga, al hombre que le sucedió ---a pesar de él--- en la presidencia del partido, Pablo Casado (Rajoy era sorayista, como se sabe), y a la presidenta de la Comunidad de Madrid a la que Casado sacó del anonimato pero de la que ahora preferiría que la conocieran ni en su casa, es decir, Isabel Díaz Ayuso.
Yo estoy seguro de que el libro de Rajoy es interesantísimo y de que el acto de presentación lo fue aún más, pero resulta que la prensa allí presente sólo tenía ojos para Casado y Ayuso. O en rigor, sólo tenía ojos como platos al ver que en la foto de ilustres asistentes que es costumbre en un acto como éste Rajoy intentó que Casado y Ayuso salieran uno al lado de la otra ---imagino que para ganarse el título de conciliador mayor del reino popular--- pero con el mismo éxito que tuvo siempre para sofocar rivalidades internas, o sea, que Ayuso evitó la foto a la vera de Casado y eligió dejar a ex Rajoy en medio.
Rajoy intentó que Casado y Ayuso salieran uno al lado de la otra con el mismo éxito que tuvo siempre para sofocar rivalidades internas
Como si fueran Soraya y Cospedal en los mejores tiempos del marianismo, o como si fueran Rajoy y Esperanza Aguirre en los mejores tiempos del aguirrismo. O Rajoy y Gallardón, o Rajoy y Mayor Oreja, en fin, que guerritas de familia en ese partido, entiéndame, las ha habido toda la vida. Entre adultos. Política para adultos.
Esta cosa tan de los ex presidentes de Gobierno, y popes de más de sesenta en general, de sugerir que después de ellos todo empeoró. Que lo de antes sí que eran líderes y política de altos vuelos, aunque repasado el diario de sesiones del Congreso se comprueba que tenían todos la misma pésima opinión de sus adversarios que ahora.