Esta noche es Nochebuena. Y de verdad que pensaba hacer hoy un comentario navideño, en estas fechas tan entrañables. Leía esta mañana los periódicos buscando el titular más navideño. Algo familiar, alejado de la gresca política. Algo bonito que nos ponga a todos los españoles de acuerdo. Y he encontrado más bien lo segundo que lo primero.
Hoy celebramos la Nochebuena más cara de la historia. Y cualquiera que se haya ido al mercado estos días lo habrá comprobado. La merluza no entiende de ideología. La pularda, tampoco. Todas las carnes de ave han aumentado un 20%. También los mariscos, claro, eso siempre. Y la sidra, un 35%. Las almejas y los percebes, ni te cuento.
Es verdad que los precios se inflan en diciembre, con el tirón navideño. Pero en España hace tiempo que comer es cada vez más caro. Dentro y fuera de casa. Llevamos más de medio año de aumento de la inflación por encima de la media europea. España crece más, sí. Pero los precios, también. Sobre todo de los alimentos. Y eso es algo que afecta sobre todo a las familias con menos recursos, porque son las que dedican más porcentaje de su bolsillo a llenar la cesta de la compra.
Y no hace falta llenar la mesa de marisco. Este otoño hemos visto la mayor escalada de precios de ternera y huevos desde 2022, el año en que la invasión de Ucrania lo trastocó todo.
Bueno, y sube también la vivienda, el agua, la electricidad… Y restaurantes, viajes y hoteles. Según la OCU, una de cada tres familias españolas dice que le resulta difícil o muy difícil afrontar el gasto cotidiano en pasta, arroz, y lácteos. Verduras, carne y pescado, más difícil todavía.
Si seguimos así, este va a ser uno de los asuntos centrales del nuevo año. Pero esta noche es Nochebuena. Será la más cara del año, pero a tiempo estamos también de que sea la más rica. Así que gracias a los que cocináis esta noche. Sabiendo cómo está todo, lo saborearemos más que nunca.
¿Moraleja?
Que los precios tengan piedad,
¡Y feliz Navidad!

