Su familia le buscó por todos los rincones de su casa y alrededores, en Argentina, pero nada. Su madre, Romi, contaba que no podía explicar lo mucho que Rocco había llorado desde entonces y lo había extrañado, aunque siempre creyó que Jack volvería aparecer. Pasaron los días pero el dolor de Rocco no pasaba, seguía triste a pesar de que algo le decía que Jack volvería con ellos. Incluso llegó a soñarlo una noche.
Poco tiempo después, un amigo de la familia vio a un perro vagando sin rumbo cerca de una gasolinera. Y lo reconoció de inmediato: ¡era Jack! Cuando la madre de Rocco recibió la llamada, decidió darle una sorpresa a su hijo. Le dijo que tenía un regalo para él y le llamó para que saliera al jardín
El niño no pudo contener la emoción y acabó cubierto en un mar de lágrimas. Desde ese momento, las cosas han ido a mejor. Su madre cuenta que sintió a Rocco renacer. Ahora, recupera el tiempo perdido junto a Jack.