TERRITORIO NEGRO CON MANU MARLASCA Y LUIS RENDUELES

¿Puede estar vivo Tomás Gimeno? Esto es lo que se sabe sobre la investigación del caso de las niñas de Tenerife

Manu Marlasca y Luis Rendueles nos hablan sobre el mediático asesinato de las pequeñas Olivia y Anna a manos de su padre Tomás Gimeno y las posibles teorías sobre que él siga vivo.

ondacero.es

Madrid | 16.06.2021 10:51

El caso de Tomás Gimeno, el padre secuestrador y asesino de sus dos hijas en Tenerife empezó cuando el hombre secuestró a sus hijas, el pasado 27 de abril. La madre, la Guardia Civil y luego el barco Ángeles Alvariño empezaron una búsqueda desesperada de esas dos crías, Olivia de seis años y Anna, de uno.

El mismo buque que sigue buscando el cuerpo de su hermana Anna, de un año, y del padre y asesino delas dos, Tomás Gimeno. Y no será fácil encontrarlas, ya nos parece un milagro que el barco diera con el cuerpo de Olivia, que estaba dentro de una gran bolsa de las que se usan para llevar raquetas de pádel y tenis y cerrada con dos cremalleras. Dentro de la parte más amplia estaba el cuerpo de la niña.

En la más estrecha el padre había colocado piedras de su finca para que cayera aún más al fondo del mar. Esa bolsa iba con otra gemela, casi idéntica, que también fue encontrada por el barco del Instituto Oceanográfico.

Estaba unida al ancla de la lancha de Tomás Gimeno. Pero esta segunda bolsa tenía la cremallera abierta. Los investigadores creen que el cuerpo de la pequeña Anna, que no llegaba a un metro de estatura, salió y fue arrastrado por la corriente a otro lugar. Todo indica que Tomás Gimeno se lanzó al mar después de arrojar los cadáveres de sus hijas. Su lancha se encontró ala deriva al día siguiente.

Allí había restos de un rollo de cinta americana que usó para atar el criminal hatillo que formó con los cuerpos de sus hijas envueltos en toallas y bolsas de basura. De la lancha falta también un cinturón de buceo de plomo, de unos ocho kilos de peso.

Las hipótesis apuntan que es casi imposible que Gimeno siga vivo

La hipótesis de los investigadores es que Gimeno se colocó el cinturón y se lanzó al agua, caería muy rápidamente y muy profundo. Pero su cuerpo no se ha encontrado aun. Quizás, nos apuntan, se quitó el cinturón y luego la corriente llevó su cuerpo. Parece casi imposible que siga vivo. No se llevó ropa, ni dinero, ni teléfono móvil, que ha desaparecido, posiblemente engullido por el océano también.

Incluso antes de cometerlos crímenes hizo una especie de reparto de dinero y bienes entre sus conocidos y su familia. Tras su segunda salida al mar, no regresó. Tendría que haber saltado, llegar nadando a un barco que le ayudara y llegar de incógnito a otro punto de Canarias... Es muy poco probable. La Guardia Civil y la jueza creen que su cuerpo está también en el fondo del océano y allí lo siguen buscando.

¿Cómo fue el secuestro?

El rastreo del teléfono móvil de Tomás Gimeno, que fue clonado por los expertos del GATO de la Guardia Civil, las entrevistas con las personas que le vieron ese día... Todo eso permite reconstruir lo que hizo el 27 de abril antes y después de matar a sus hijas. La noche anterior, de hecho, ya llevó su última compra, un flamante Alfa Romeo, hasta la finca donde trabajaba y lo tapó con una lona. Esa mañana, acudió a cambiar las pastillas de freno de su otro coche, un Audi A3. Luego, a las cinco, recogió a sus hijas para pasar con ellas la tarde.

Pactó con su ex pareja, Beatriz Zimmermann, que se las llevaría de vuelta a las nueve. Llevó a la hija pequeña, Anna, a casa de los abuelos en Tenerife y a la mayor, Olivia, a clases de tenis. Antes, había entregado un estuche de lápices a una de las profesoras de su hija que era también su nueva pareja. Le pidió que no lo abriera hasta las once de aquella noche, pero la mujer no resistió la curiosidad y lo abrió a las cinco y veinte de la tarde.

Dentro había 6.200 euros con una nota “para que cumplas tu sueño” en la que Gimeno se despedía de la mujer, su última pareja. Allí no mencionaba nada de hacer daño a las niñas. En ese tiempo, también acude al puerto donde tiene su lancha. Está unos cinco minutos, simplemente ha ido a comprobar que el motor arranca y funciona. Ya tiene pensado lo que va a hacer después. Luego Gimeno recoge a la pequeña de casa de los abuelos y las lleva en coche hasta su casa, en Candelaria. Es una finca con una piscina y un amplio terreno.

Gimeno mató a sus hijas en su casa

Allí llegan a las 19.47, según el rastro de su teléfono móvil. Hay una vecina que oye a las niñas jugando. A las ocho menos diez, la niña mayor, Olivia, envía un audio de WhatsApp a la madre. Le dice, siguiendo instrucciones del padre, que si puede vaya a la casa a las nueve y que se lleve unos cuadros que hay allí. La casa era donde vivían todos cuando formaban una familia. Y entre las ocho y las nueve es cuando el padre, Tomás Gimeno, mata a sus dos hijas, según la investigación.

No hay ni rastro de Anna y Olivia en ningún lugar, ni en cámaras de seguridad, ni en el puerto, donde Tomás Gimeno llega a las nueve y media de esa noche y le graban las cámaras con esas dos bolsas grandes y otros bultos. Los investigadores no han hallado sangre delas niñas en ningún sitio, ni en la casa, ni en el coche donde el hombre llegó conduciendo al puerto Marina Tenerife ni en la lancha. La única que había allí era de Tomás Gimeno y los análisis han revelado que era una sangre antigua, demás de un año atrás, no del día de los crímenes.

Los primeros datos sobre el examen del cuerpo de Olivia han revelado que murió por un edema pulmonar. Quiere decir que murió en tierra, que estaba muerta cuando su padre la tiró al mar. Digamos que el edema, esa lesión en el pulmón, se produce cuando la niña no puede respirar. Procede de su sangre. Puede ser que la hayan estrangulado o intoxicado con algunas sustancias o ambas cosas. No lo sabremos hasta dentro de un par de semanas cuando concluya el estudio de Toxicología.

La primera vez que registraron la casa, lo han hecho hasta cinco veces incluso con los agentes caninos Junco y Bill, los investigadores encontraron varios blisters o envases de medicamentos en los que faltaban muchas pastillas. Eran relajantes musculares y calmantes. Lo que llamó mucho la atención de los guardias civiles fue dónde los encontraron: Estaban sobre la mesa del salón, abiertos, a simple vista, como si hubieran sido recién usados.

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Últimas 24 horas de búsqueda del cuerpo de Tomás Gimeno y Anna, la hermana menor

El reloj sigue avanzando y ya quedan menos de 24 horas para que el buque Ángeles Alvariño se marche de la zona del Océano Atlántico en donde se encontró el cuerpo de la pequeña Olivia, y en donde ahora se intentan encontrar los cuerpos de Tomás Gimeno y de Anna, la hermana menor. Mientras, la investigación continúa avanzando intentando esclarecer todo lo ocurrido y el plan trazado por Tomás Gimeno para acabar con la vida de las pequeñas y consumar su venganza contra Beatriz Zimmerman, la madre.