Es fácil suponer que en Génova la respuesta habrá sido rápida, “no, gracias”, pero eso no quita que el exsenador y extesorero no dé pruebas de una seguridad y tenacidad muy elocuentes. Recordemos que Bárcenas dejó la militancia en 2010 aunque siguió dado de alta en la Seguridad Social y cobrando su alta retribución mensual hasta el 31 de enero del 2013. En aquella fecha, empujado por el escándalo público de lo que iba trascendiendo, el PP le dio de baja de forma unilateral y sin carta de despido.
Bárcenas está tan seguro de su posición que no duda en pedir el reingreso. Como eso no ocurrirá, no hay que descartar que el Tribunal superior de justicia de Madrid condene al partido a indemnizarle y puede que a pagarle incluso los salarios de tramitación.
O estamos ante un individuo con una desfachatez inaudita o ante quién tiene toda la certeza de que están en deuda con él.