Las cartas de Iván Cortés

Riddick, el gato ciego adoptado: "No puedo tener más suerte y eso que soy medio negro"

Riddick, un gato que fue encontrado en Vitoria atrapado en el motor de un coche, nos escribe una carta a Como el Perro y el Gato para contarnos que finalmente fue adoptado por una pareja que, a pesar de tener algunos problemas de salud.

Beatriz Ramos Jiménez

Madrid | 06.10.2022 06:07

Hola Iván, me llamo Riddick y soy un gato milagro de Vitoria, milagro no es mi raza, es la situación que he vivido, ¿tú has visto la película de Vin Diesel, las crónicas de Riddick? que el prota pasa las de Caín siendo prácticamente ciego.

Pues esa es mi historia, porque me encontraron mis padres adoptivos en el motor de su coche, siendo solo un cachorrito, hecho una birria, este agosto, cuando estaban de turismo en la capital alavesa.

Pili, la que me encontró, fíjate que casualidad, es auxiliar técnico veterinario y me asistió, para luego llevarme al CPA de Vitoria.

Ahí ya me había salvado la vida, aunque todos decían que no me iba a recuperar. Traía todo lo malo encima, bichos por dentro y por fuera y los ojos, prácticamente reventados de infección, así me he quedado Riddick perdido.

Pero al principio te hablé de un milagro y es que contra todo pronostico, no doblé el tallo, es mas me vine pa arriba, sobre todo cuando me entere que Pili en ángel humano que me salvó y su pareja, seguían preguntando por mí.

Tanto es así, que he hecho como los buenos YouTuber y me he ido a vivir a Andorra… Para pagar menos impuestos y porque Mami Pili, la auxiliar técnico veterinario, antes conocida como Pili, me ha adoptado.

Si eso no te parece un milagro, repásate la biblia, porque soy un gato callejero, enfermo y ciego. ¿Qué probabilidad hay de sobrevivir a esas condiciones…? ¿Y de acabar adoptado por una sanitario animal que me sepa cuidar?

No puedo tener más suerte y eso que soy medio negro y ya se sabe lo que dicen de los gatos negros… qué son iguales, que cualquier otro de otro color y se merecen el mismo trato, aunque en la practica sabemos que no es así.

Se despide de vosotros, Riddick, el gato milagro de Vitoria