Una de las tradiciones por excelencia en la Navidad es la de poner el árbol y la consiguiente decoración. Esta varía según las costumbres y preferencias familiares. Por ejemplo, en muchos lugares se suele poner el árbol de Navidad en algún momento después del Día de Acción de Gracias (celebrado en Estados Unidos el cuarto jueves de noviembre). Aunque la realidad es que cada vez se engalana más pronto tanto las calles, como los hogares con las decoraciones navideñas.
En el caso de la religión cristiana existe un día concreto para poner el árbol de Navidad: el 8 de diciembre o Día de la Inmaculada Concepción. Así lo estableció al menos el Papa Pío IX en el año 1854, en el que se estableció tal fecha como el día en el que la Virgen María "fue preservada por privilegio único de la mancha original desde el primer instante de su Concepción". Además, también sería el momento en el que habría que montar el Belén.
En resumen, no hay una regla estricta sobre cuándo se debe poner el árbol de Navidad. La elección suele depender de las tradiciones familiares y las preferencias individuales. Pero lo que sí queda claro es que el árbol se mantiene hasta el día 6 de enero, Día de Reyes, ya que según nuestra tradición, son los Reyes Magos los que nos dejarán los regalos al pie del árbol, junto a los zapatos, fecha a partir de la cual acaba la Navidad.
¿Cuál es el significado del árbol de Navidad?
El árbol de Navidad es uno de los elementos decorativos más simbólicos de la Navidad. Se decora con bolas de colores, espumillón, luces, figuras, lazos, guirnaldas y una estrella que la culmina. Además, este árbol puede ser de dos tipos: natural o artificial y generalmente es de color verde. Si es natural suele ser un abeto o pino.
Su significado varía según las interpretaciones culturales y religiosas, pero en general, el árbol de Navidad representa la vida, la esperanza y la luz en medio del invierno.
