ASESINATO MILLONARIO

El cryptomillonario argentino, hallado decapitado y descuartizado en una bolsa

Operaciones fraudulentas, préstamos y mucho dinero en juego. Las causas de la muerte del empresario argentino que vendía cursos de asesoramiento online.

ondacero.es

Madrid | 31.07.2023 22:50 (Publicado 31.07.2023 22:45)

El empresario con su perro 'Cooper' en su perfil de Instagram con casi 1 millón de seguidores
El empresario con su perro 'Cooper' en su perfil de Instagram con casi 1 millón de seguidores | @fernandoperezalgaba

Fernando Pérez Algaba, de 41 años, acumulaba 200 denuncias por estafa en venta de terrenos y automóviles. Se calcula que sus deudas eran millonarias y formaba parte de un entramado de prestamos e inversiones peligrosas, en el que a él también le debían grandes cantidades de dinero.

Se presentaba como un empresario hecho a sí mismo, que dejó su país en crisis en busca del sueño americano, tras dejar una deuda "irrecuperable" para la hacienda argentina con su primera empresa. Era conocido como un trader, que había hecho fortuna en Miami al dedicarse a los alquileres de coches de lujo y de motos de agua. “Comencé a trabajar a los 14 años, me inicié con una bicicleta y una caja y empecé a vender sándwiches”, decía Pérez Algaba, que afirmaba haber dedicado su vida a escalar en los negocios: de adolescente repartiendo pizzas y vendiendo helados en Buenos Aires, emancipándose a los 17 años para coordinar viajes de bachilleres en la ciudad de Bariloche y a los 24 años cuando comenzó a dedicarse a la compraventa de coches.

Los últimos pasos del millonario endeudado

El martes 18 de julio fue la última vez que se le vio con vida, cuando se citó con dos ex-socios para saldar una deuda de 150.000 dólares. Según apuntan las investigaciones, estos dos hombres debían dinero al empresario, que ya le habían adelantado una primera parte y esta ocasión se trataba de una segunda entrega. Los hombres habían denunciado a Algaba por las numerosas amenazas que este había proliferado sobre ellos. Ellos son los dos únicos testigos, al ser los últimos en verle con vida tras haberle entregado 75.000 dólares en efectivo.

Hay una figura clave en esta investigación, Gustavo Iglesias, un conocido y peligroso ultra del equipo de fútbol Boca Juniors, al que el empresario temía. Le reclamaba 200.000 dólares de la siguiente manera: “Cuando nos veamos, en breve, tenés que pelear conmigo, pelear como hombre. Te quiero mandar al hospital de por vida. Y cuando te termine de lastimar, no tendré problemas en ir a la comisaría a decir que fui yo, porque arruinaste a mi familia”. El barra brava reconoce haberlo amenazado pero no haberlo matado.

Yo no te voy a matar, te voy a sacar los ojos y cortar las manos para que no puedas contar más plata

Su cuerpo fue hallado con indicios de haber sido tiroteado el domingo 23 de julio, en las inmediaciones del río de un barrio del extrarradio de Buenos Aires. Los restos, metidos en dos maletas, en una el cuerpo y en otra la cabeza, fueron reconocidos por sus tatuajes.

El empresario que en los últimos meses residía en España, compró un perro español "Cooper" al que tuvo que poner un microchip localizador. Su psicóloga le recomendó que viajase con él debido a sus trastornos de ansiedad, por lo que puede ser clave en el asesinato del empresario, ya que con su chip podrían reconstruir sus movimientos. El animal fue abandonado en Villa Lugano, una zona intermedia entre la cita en la que se intercambió el dinero y el lugar de su muerte.