El suceso ocurrió este sábado 5 de agosto cuando los insurgentes lograron tomar el control de la localidad de Mirza-Walang, a unos 30 kilómetros de Sar-e-Pol, capital de la provincia homónima, afirmó el portavoz del gobernador provincial, Zabihullah Amani.
"Los talibanes mataron brutalmente a 30 personas (...) entre las que hay niños, mujeres y ancianos", aseguró el portavoz, quien reveló que solo "unos pocos" de los fallecidos eran combatientes progubernamentales, mientras que el resto eran civiles.
Amani indicó que, cuando los talibanes penetraron en el poblado, la mayoría de sus habitantes logró escapar a áreas colindantes, pero algunos no tuvieron tanta suerte y quedaron atrapados después de que los insurgentes bloquearan la carretera de salida.
Según el portavoz, en la localidad continúan los combates entre los talibanes y las fuerzas de seguridad afganas, choques en los que por el momento han fallecido al menos diez insurgentes y siete policías.
Sar-e-Pol es una de las provincias afganas más conflictivas, donde los talibanes controlan numerosas poblaciones en las áreas más remotas.
Uno de los portavoces talibanes, Qari Yusuf Ahmadi, confirmó a través de un comunicado que después de tres días de combates habían tomado el control del área de Mirza-Walang y seguían avanzando.
En los últimos meses se han repetido en Afganistán masacres como las de este fin de semana, como la muerte de otros 30 civiles el pasado octubre en la provincia oriental de Ghor a manos del grupo yihadista Estado Islámico o la ocurrida en diciembre en la meridional Kandahar, donde los talibanes mataron a 23 civiles.
Según el informe del Inspector Especial para Afganistán (SIGAR) de EE.UU. divulgado esta semana, la guerra de Afganistán está "estancada" con los insurgentes controlando el 40 % del país, un aumento del terreno dedicado al cultivo de opio y miles de muertos.