JAPÓN

La princesa Mako deja de formar parte de la familia imperial de Japón tras casarse con un plebeyo

Mako, sobrina del emperador Naruhito e hija primogénita del príncipe Akishino (segundo en la línea sucesoria al Trono de Crisantemo) es la primera mujer de la familia imperial en realizar una boda civil en el Japón de posguerra.

ondacero.es | Agencias

Madrid | 26.10.2021 08:58

La princesa Mako deja de formar parte de la familia imperial de Japón tras casarse con un plebeyo
La princesa Mako deja de formar parte de la familia imperial de Japón tras casarse con un plebeyo | Agencia EFE

La princesa Mako de Japón ha dejado de formar parte de la familia imperial del país de forma oficial tras contraer matrimonio este martes con Kei Komuro, un compañero de la Universidad que no pertenece a la alta sociedad.

La Casa Imperial de Japón ha presentado este martes la documentación necesaria ante un Gobierno municipal para que la pareja registre su matrimonio, apunta la radiotelevisión japonesa NHK.

Con la boda ha certificado su salida de la alta sociedad japonesa

La boda no se ha regido por la ceremonia tradicional imperial, reservada a los miembros de la familia, pues con esta unión Mako ha certificado su salida de la alta sociedad japonesa.

Mako, sobrina mayor del actual emperador Naruhito e hija mayor del príncipe heredero Fumihito, ha culminado al fin con años de tensión sobre el enlace con Komuro.

Uno de los puntos de conflicto se debía a la disputa que rodeaba a la madre de Komuro y a un antiguo prometido suyo en torno a un dinero empleado, en parte, en la educación del joven. Este asunto dominó la prensa sensacionalista japonesa hasta el punto de que provocó el aplazamiento de la fecha inicial de la boda, prevista en un momento para 2018.

En abril, Komuro emitió un comunicado buscando corregir lo que llamó malentendidos entre el público sobre el estado financiero de su madre. Poco después de publicar el comunicado, Komuro se ofreció a hacer un pago al antiguo prometido de su madre en un esfuerzo por resolver la disputa monetaria.

A este asunto se unen las condiciones inherentes de la boda, dado que con el enlace, Mako debería abandonar la Corte Imperial, como así finalmente ha ocurrido.

Si bien la princesa tiene derecho a una importante cantidad de dinero para sufragar su partida, más de un millón de euros, Mako ha renunciado a esta dote para no despertar la animadversión de la población, en una decisión sin precedentes en la historia de la posguerra de Japón.

Además, a comienzos de octubre, la Oficina de la Casa Imperial emitió un comunicado en el que señaló que a la princesa se le había diagnosticado trastorno de estrés postraumático debido a las repetidas críticas públicas que ha recibido.

Mako, tras su boda civil: "Hemos escuchado a nuestro corazón"

"Casarnos es la única opción que hemos elegido escuchando a nuestro corazón" afirmó Mako frente a los medios en una rueda de prensa donde hablaron como recién casados del amor que les une y las dificultades en torno al polémico matrimonio.

"Quiero pasar mi vida con Mako y queremos crear un hogar cálido, apoyarnos en los momentos felices y duros", expresó a su vez su antiguo compañero universitario y ahora marido Kei. "Habrá momentos duros, pero como hasta ahora, uniremos fuerzas y avanzaremos juntos", dijo Mako sobre su futuro en común.

Ambos aprovecharon para agradecer el apoyo recibido, al mismo tiempo que pidieron disculpas por la polémica sobre una deuda que salpicó el anuncio de la boda años atrás y se ha mantenido hasta ahora.

La ex princesa también se refirió al síndrome de estrés postraumático que según la Agencia Imperial ha sufrido a consecuencia del revuelo mediático y de las críticas recibidas de determinados sectores sociales.

"He tomado la decisión de anunciar mis síntomas ahora con ocasión de mi matrimonio. No estoy en buen estado, pero he podido llegar al día de hoy gracias a la ayuda de mi alrededor", dijo Mako, quien también agradeció en particular el apoyo de su pareja.

También señaló que ambos quedaron "horrorizados" y "entristecidos" por "la difusión de historias infundadas y por que se hayan dado por hecho informaciones falsas", a través de respuestas ofrecidas por escrito a los medios.