Suicidio asistido

Se suicida una joven de 17 años en Holanda tras no superar una depresión por violación

En Holanda, una adolescente de 17 años ha decidido poner fin a su vida después de que no consiguiese superar el trauma de haber sido violada en su infancia. Llevaba en manos de médicos y centros especializados varios años, pero no soportaba más su tratamiento psiquiátrico. La joven había pedido a una clínica, sin que lo supieran sus padres, asistencia para la eutanasia, pero le dijeron que su cerebro no estaba lo suficientemente desarrollado.

ondacero.es | EFE

Madrid | 05.06.2019 06:44 (Publicado 05.06.2019 06:41)

La niña, conocida en Holanda por haber escrito su autobiografía titulada "Winnen of leren" (Ganar o aprender, en neerlandés), en la que reconocía haber sido víctima de abusos sexuales y agresiones cuando era más pequeña, se despidió de sus seguidores en la red social Instagramanunciando que había decidido poner fin a su vida.

En su infancia sufrió los abusos de un primo, una circunstancia que marcó toda su vida y que ha sido incapaz de superar. Hace meses pidió la eutanasia y se la denegaron, así que ahora se ha dejado morir.

Lo había dicho en las redes sociales a sus seguidores. Con sólo 16 años acudió a una clínica, sin que sus padres lo sepan, para pedir abiertamente que le quiten la vida.

"No me voy a andar con rodeos: voy a estar muerta como mucho en diez días. Tras años de lucha, mi lucha ha terminado. Por fin voy a ser liberada de mi sufrimiento porque es insoportable. No me intentéis convencer de que esto no es bueno. Es una decisión bien considerada y definitiva", escribió en su mensaje de despedida.

Según relató, había "dejado de comer y beber durante un tiempo" y subrayó que estaba "todavía respirando pero sin estar viva", lo que la llevó "después de muchas conversaciones y revisiones", a cometer un suicidio asistido, rodeada de sus "padres y amigos, y todos los seres queridos". La hermana de Noa confirmó al diario holandés AD que la menor había muerto el pasado domingo.

La menor, de la ciudad holandesa de Arnhem, ya afirmó en su autobiografía, publicada hace un año y premiada varias veces en Holanda, que "no tenía ningún significado" seguir con vida porque no había logrado superar los problemas psicológicos desde que sufrió los abusos.

En la última etapa de su vida, había sido ingresada en tres instituciones de atención a menores, pero según denunció su madre, la niña debía estar "en un centro psiquiátrico, pero hay una larga lista de espera" en Holanda. La mujer denunciaba la enloquecida burocracia para encontrar ayuda psicológica en la sanidad pública holandesa.

En su libro, la joven explicó que había "ocultado las violaciones por vergüenza y miedo" y reconoció haberse acercado, sin compartir la idea con sus progenitores, a la clínica Levenseinde (final devida, en neerlandés), situada en La Haya, donde preguntó por las posibilidades que existían.

"Piensan que soy muy joven. Creen que debo terminar el tratamiento psicológico y esperar a que mi cerebro esté completamente desarrollado. Eso no pasará hasta que tenga 21 años. Estoy destrozada porque no puedo esperar tanto. Revivo el miedo y el dolor a diario. Siento que mi cuerpo está aún sucio", escribió en su biografía.

El doctor Arango, vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y experto en adolescentes, es jefe de servicio en el Hospital Gregorio Marañón y ha insistido en que no hay que "estigmatizar" las enfermedades mentales porque en estas dolencias los tratamientos funcionan.

"Ante determinadas circunstancias y en un contexto concreto, quieren morirse, pero cuando esas circunstancias cambian, cuando cambia el aspecto social, el ambiente, la biología y el tratamiento, eso desaparece", ha dicho en Onda Cero.

El suicidio es la segunda causa de muerte entre adolescentes y la primera si hablamos de causas clínicas.