Medioambiente

Dos tercios de la población española ha respirado aire contaminado por encima de los límites permitidos

El informe de la calidad del aire de Ecologistas en Acción concluye que 31 millones de personas estuvimos expuestas en 2024 a unos niveles de contaminación que exceden los límites impuestos por la UE y por la OMS. Los datos más recientes registran 30.000 muertes prematuras relacionadas con la mala calidad del aire en 2022.

Carla Casamayor

Madrid |

Contaminación industrial
Contaminación industrial | Pexels

Suena a paradoja, pero durante 2024 la calidad del aire en España ha mejorado progresivamente. Cuando se habla de la contaminación del aire, hablamos de tres agentes contaminantes en particular: partículas en suspensión, dióxido de nitrógeno (NO2), y ozono troposférico. Estos tres tipos de contaminación se han visto reducidos a lo largo del ejercicio anterior, según el informe.

Esta caída se debe, fundamentalmente, a la evolución reciente del sistema energético. Aunque la combustión de petróleo ha recuperado en 2024 los niveles previos a la pandemia, hemos reducido el uso de gas natural y las fuentes renovables cubrieron el 57% de la demanda eléctrica, lo que ha limitado las emisiones de las centrales térmicas de carbón, las más contaminantes.

Sin embargo, esta mejora es insuficiente si se tienen en cuenta tanto los parámetros que establece la Unión Europea en su Directiva 2024/2881 del 23 de octubre de 2024, como los establecidos por la Organización Mundial de la Salud (mucho más estrictos). La principal fuente de contaminación, sobre todo en las áreas urbanas, continúa siendo el tráfico, emisor de dióxido de nitrógeno por los combustibles que, sí que es cierto que en el caso de los vehículos diésel (el más contaminante), se han reducido exponencialmente.

La Comunidad de Madrid y Canarias se llevan la peor parte

Aunque no es la causa principal, el cambio climático ha agravado los episodios de mala calidad del aire. El año 2024 fue el tercero más cálido desde 1961. La estabilidad atmosférica invernal activó los episodios de contaminación por partículas, en parte procedentes del norte de África. El alto calor del verano contribuyó al aumento de del ozono durante las olas de calor de julio y agosto. Por ello, el informe revela que Canarias ha sido la comunidad con más episodios de contaminación por partículas finas, las más peligrosas para la salud humana por su tamaño.

Por su parte, la Comunidad de Madrid también encabeza la lista de la contaminación por ozono, ligado estrechamente al cambio climático. Coincidiendo con las olas de calor de julio y agosto, en Madrid se produjeron 290 superaciones de los límites establecidos.

No se está informando a la ciudadanía sobre el aire que respiramos

Desde Ecologistas en Acción denuncian que, debido a la falta de información por parte de las administraciones, la ciudadanía y especialmente la población vulnerable, no puede protegerse de los episodios de mala calidad del aire. Concretamente, la semana pasada tuvo lugar uno de estos episodios que afectó a la Comunidad de Madrid, Barcelona y a Bilbao, y las autoridades no avisaron a la población. Además, una encuesta de la ONG revela que el 61% de los españoles se considera mal informado al respecto. Urge que se tomen medidas informativas, ya que es la salud pública lo que está en juego.

Los ayuntamientos se resisten a tomar medidas

Aunque cuentan con la financiación para ello, muchos ayuntamientos no están cumpliendo ni siquiera formalmente el compromiso que, vencida desde hace dos años y medio, pedía que se estableciesen Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en las ciudades de más de 50.000 habitantes. Otros sí lo han puesto en marcha, pero de forma superficial o fraudulenta, por ejemplo, poniéndolo en cascos históricos que ya eran peatonales. Por ello, la organización reclama al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible que estos ayuntamientos devuelvan los fondos públicos que se les concedieron para abordar esta problemática.

La única forma de mejorar la calidad del aire es disminuir el tráfico motorizado, potenciar la movilidad peatonal o ciclista, apostar por un transporte público eléctrico y promover el ahorro energético, además de acordar una moratoria para las nuevas macrogranjas. Madrid, Barcelona o Pontevedra son las ciudades que sí se han tomado en serio la reducción del tráfico motorizado y han instalado bien sus ZBE.

La nueva Directiva Europea de calidad del aire se presenta como un gran avance para llegar a 2030 en condiciones de cumplir con los límites legales, aunque bien es cierto que aun está muy por debajo de los que establece la OMS.