El Consejo de Ministros cesará este martes a Antonio Hernández de su cargo como director del departamento de Coordinación Política en el Gabinete de la Presidencia del Gobierno, tras las denuncias por presunto acoso sexual contra el exmilitante socialista Paco Salazar con el que colaboraba estrechamente.
Desde Moncloa entienden que con este cese actúan "con contundencia" tras conocer los hechos denunciados y explican que el cese ha sido acordado o compartido con Hernández, quien entendió que desde que se conoció la situación del exasesor su posición "no era sostenible".
Por su parte, la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, ha optado también por sacarle de la Ejecutiva del PSOE de Andalucía, donde era responsable de la Secretaría de Datos.
Este cese se ha conocido un día después de que Sánchez negara que haya habido connivencia para proteger al exasesor Salazar y ofreciera la ayuda del partido a las dos militantes socialistas que han denunciado estos hechos si deciden llevar el caso a la Fiscalía.
Quién es Antonio Hernández
Antonio Hernández ocupaba actualmente el cargo de director del departamento de Coordinación Política en el Gabinete de la Presidencia del Gobierno, cuyas funciones eran las de "asesoramiento, apoyo y refuerzo en la elaboración del programa político del gobierno", según consta en el Portal del Transparencia del Gobierno
Formado como técnico especialista en Publicidad, durante su trayectoria ha desempeñado diferentes cargos vinculados a Presidencia de Gobierno así como asesor de la Junta de Andalucía o del Ayuntamiento de Sevilla.
Mañana será destituido porque ha sido en Moncloa mano derecha de Francisco Salazar en el equipo de análisis y estrategia electoral de Moncloa .
Las mujeres que trabajaban para Salazar y denunciaron comportamientos inadecuados de éste en los canales internos de denuncia de Ferraz, a pesar de que los hechos se produjeron supuestamente en Moncloa, mencionaron a Hernández como presunto "cómplice" y "encubridor" de las conductas del exdirigente socialista.
Hernández ha negado los hechos, pero "entiende que debe apartarse por el bien del Gobierno".
Malestar interno en el PSOE
El largo fin de semana no ha reducido la presión de la militancia del PSOE hacia la dirección del partido por el caso Salazar. De poco ha servido el comunicado que el viernes por la tarde previo al puente envió a las federaciones socialistas reconociendo no haber arropado a las denunciantes y no haber estado a la altura.
Tampoco que el presidente Pedro Sánchez hablara por primera vez del tema el sábado, no lo hizo públicamente sino en privado y sin micrófonos durante los corrillos por el día de la Constitución. El presidente asumió en primera persona la responsabilidad por la tardanza en la gestión de las denuncias y por no haber hablado en meses con ellas.
Está por ver si con el cese de Hernández se calma la situación, pero en las últimas horas el malestar gira en torno a si llevar el caso Salazar a la Fiscalía.
El presidente del Gobierno defendió el sábado que son las denunciantes las que tendrán que llevar el asunto a la Fiscalía, sin embargo, otras fuentes gubernamentales apuntan que el caso tiene que terminar ahí. Tampoco hay un mensaje unitario en el partido. Desde la dirección coinciden con el jefe del Ejecutivo, pese a que otras voces de altos cargos insisten en lo contrario.
El presidente mantiene que si las víctimas dan el paso y elevan sus denuncias, entonces sí recibirán todo el apoyo y la ayuda que requieren por parte del partido. Las militantes de su partido piden más hechos que palabras.
Desde la dirección del PSOE coinciden con Sánchez en que el caso tiene que ser llevado a la Fiscalía por las denunciantes, a la vez que un sector del PSOE pide que sea la formación quien lo presente. El caso "se ha gestionado muy mal", señalaron desde el Ejecutivo para añadir que "no hemos acompañado correctamente y no se puede tardar este tiempo". "Hay que tener más celeridad", recalcaron.
Un alto cargo del Ejecutivo insistió en que "no hemos estado encima y no lo entiendo". Asimismo, reconoció que "la reunión fue un intento de trasladar calma", en referencia a la cita telemática que mantuvieron esta semana los responsables de Igualdad de las distintas federaciones con la responsable en esta materia de Ferraz, Pilar Bernabé. Sin embargo, aquello "no ha servido para nada", haciendo ver que en el partido todavía persiste la división y el ruido interno. "No hemos sido diligentes", asumen desde La Moncloa.
Decía ayer en El País la ex vicepresidenta Carmen Calvo, cesada y recolocada por el presidente al frente del Consejo de Estado, que estamos en una época de liderazgos testosterónicos e hiper-masculinizados cuando le preguntan por los últimos escándalos que envuelven al PSOE. Y vuelve a recordar que ella, antes de ser cesada, puso en conocimiento del partido las denuncias de la ex mujer de Ábalos por sus actitudes machistas.
Último pleno del año
El miércoles se celebra la última sesión de control del año. Y el Gobierno ya ha informado que no se podrá preguntar a siete ministros. Entre ellos María Jesús Montero, señalada por protectora de Salazar en Ferraz y en Moncloa, y Pilar Alegría, que fue fotografiada el mes de noviembre comiendo en un restaurante de Madrid junto a Salazar cuando ya había sido denunciado.
El Partido Popular considera que no se han justificado suficientemente estas ausencias y su portavoz en el Congreso, Esther Muñoz, reclama un cambio de reglamento para evitar estas situaciones.

