Más de 300 kilos de carnes congeladas -buena parte fuera del congelador-, caducadas y sin etiquetas de origen; 130 kilos de pescado también congelados en condiciones similares, algunos ya con sabor y olor alterado.
Casi 400 kilos de productos envasados también ya caducados y a la venta. Nada de ello apto para el consumo, según han podido verificar los agentes.
Todo ello, excepto 100 kilos de producto, cuyo problema era de etiquetaje y se dejó inmovilizado para ver si era subsanable, ha sido ya destruido y el propietario -un ciudadano chino- cuenta con la denuncia correspondiente.