La expresidenta regional Cristina Cifuentes ha afirmado este viernes en el juicio que "no tiene los papeles" de los trabajos que realizó del curso de postgrado que realizó en 2012 en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (URJC), manifestando que "probablemente" los destruyó dado que "no tenía ningún interés" en guardarlos, al igual que no guardó ningún trabajo de su etapa académica.
En su declaración, ha relatado que solo entregó el Trabajo de Fin de Máster (TFM) en un acto "informal" y ha reconocido que ni siquiera leyó el trabajo, indicando que solo habló algo en líneas generales y sobre la bibliografía.
Cifuentes ha relatado que Dionisio Ramos le habló del máster en noviembre de 2011 y decidió matricularse al poder compaginarlo con su trabajo como diputada parlamentaria y vicepresidenta de la Asamblea de Madrid.
Así, tendría un modelo no presencial con trabajos para suplir la asistencia y los exámenes. "Enrique Álvarez Conde --director del Instituto de Derecho Público ya fallecido-- es la persona que me explica la dinámica o cómo suplir la asistencia y exámenes y quien me fija calendario. Son doce asignaturas. Conde me dijo que no me preocupara por no ir a clase y me dijo que era una modalidad con alumnos que trabajan. No me sorprendió porque había otras universidades con modalidad parecida. Por cada asignatura se hacía un trabajo. Todo a través de Álvarez Conde", ha narrado.
"No guardo ningún ejemplar"
Además, ha indicado que le resultaba más cómodo trabajar sobre papel y no en un ordenador. "Cuando tenía los trabajos hechos, los mandaba en papel a través de alguien del equipo o de mi gabinete".
"No guardo ningún ejemplar. He estado buscando el TFM. Eran trabajos de trámite que mandaba. He estado buscando otros trabajos a lo largo de mi vida académica. No he encontrado ninguno. No sé si es lo normal. Ni siquiera mi primer borrador que hice", ha recalcado.
"Probablemente destruí los papeles"
"Quizá tenga que ver con el hecho de que mi vida como delegada era muy complicada. Tuve dos mudanza y cinco mudanzas de despachos para que se haga idea de esos traslados y me he mudado a dos domicilios más pequeños. Parte de mis pertenencias están distribuidas en un trastero, en casa . No lo tengo. No tengo esos papeles. Probablemente los destruí cuando obtuve las calificaciones", ha recalcado.
Además, ha señalado que hubo varios borradores del TFM que mandó a Conde y quién le realizó algunas indicaciones. Cifuentes declaró en julio de 2018 ante la juez instructora que perdió el trabajo que realizó en una de las cuatro mudanzas que hizo en su día y negará cualquier presión para ordenar hacer un acta falsa.
Además de a Cifuentes, se juzga a la entonces profesora de la URJC Cecilia Rosado y a la exasesora de la Consejería de Educación, María Teresa Feito. La exdirigente popular se enfrenta a una petición fiscal de tres años y tres meses de cárcel, la misma pena que se pide para Feito. Rosado ratificó el primer día de la vista la falsificación del acta a instancias de "presiones" por parte del exdirector del Instituto de Derecho Público de la URJC Enrique Álarez Conde, fallecido en 2019, y Feito.
Cifuentes también ha explicado que en 2014 solicitó el título de su máster porque estaba actualizando su currículum, si bien no lo recoge hasta finales de 2017. "No necesitaba el título para nada. No me aportaba ningún nivel académico que no tuviera incorporado en mi currículum", ha relatado insistiendo en que el grado de máster ya lo tenía incorporado. Al parecer, entonces le comentaron algún tipo de error administrativo sin conocer que había algún tipo de problema con la transcripción de las calificaciones.
"Cuando me dan el título entiendo que tiene todos los requisitos"
"Cuando me lo dan entiendo que es porque tiene todos los requisitos y que se han cumplido porque si no es así, una universidad no da el título. Yo no soy consciente de que hubiera algún tipo de problema hasta que salta a los medios", ha recalcado.
En cuanto a la publicación de la noticia, ha señalado que encargó a su gabinete que hablaran con la universidad y que recabaran los documentos acreditativos de que había hecho este máster de postgrado. "Les pido una copia del título. No tenía ningún documento ese momento acreditativo de que había realizado el máster y se lo pedí a mi gabinete. Pedí una copia del título, de la matrícula y del pago para demostrar que había realizado el máster", ha agregado.
"Presumía buena fe de la Universidad cuando me mandaron el acta"
"No hablé absolutamente con nadie de la universidad. Tenía una llamada del rector pero no quise contestar para que nadie dijera que pudiera haber influido", ha señalado y ha indicado que mostró el documento del acta sin que se pudiera plantear que hubiera una firma falsificada.
"Yo le aseguro que ni me lo hubiera imaginado. No se me hubiera pasado por la cabeza exhibirlo y mandarlo a los periodistas. Actué de buena dando por bueno un documento remitido por la Secretaría del rector. La buena fe la presumía absolutamente de la universidad cuando me mandaron el acta. Lo doy por bueno. No tenía ningún motivo para pensar que había una firma falsificada", agregado.
Respecto al acta, ha insistido al abogado de la URJC que ella no lo firmó y que si ha habido "mala praxis" de la universidad que "lo mire".