La cadena agroalimentaria, el recorrido que los productos hacen desde el campo a las despensas, no puede soportar una nueva huelga en el sector del transporte por carretera. Esta es la contundente afirmación que han hecho las principales organizaciones agrarias de nuestro país (ASAJA, COAG y UPA), las cooperativas agroalimentarias, los representantes de las asociaciones de los sectores cárnico y pesquero, y de la hostelería y distribución.
Juntos, han suscrito un comunicado dando la voz de alarma “ante la posibilidad de que se reproduzcan los incidentes que provocaron problemas en la cadena de abastecimiento de productos básicos de alimentación el pasado mes de marzo, el sector productor, la industria y la distribución alimentarias”.
Por ello, muestran “su máxima preocupación por las graves consecuencias que un nuevo paro podrían tener sobre las empresas y los consumidores”.
Los firmantes del comunicado recuerdan que el sector agrario se encuentra en este momento en plena campaña de fruta de verano, cuya gran parte de la producción tiene su destino fuera de nuestras fronteras. “El hecho de no poder responder a la demanda, además de manera reiterada, supone una pérdida de prestigio para el sector productor español que pueden redundar en la pérdida de destinos de exportación”.
Además, “La eficacia de la cadena hace que los productos frescos lleguen del campo a la mesa en 24 o menos horas. Esto significa que apenas existe capacidad de almacenamiento, al tratarse de productos perecederos”. Una nueva huelga del sector del transporte por carretera provocaría “enormes pérdidas de producto; incrementándose, de este modo, el desperdicio de alimentos con los efectos económicos, sociales, medioambientales y reputacionales que esto supone”.
Los representantes de la cadena agroalimentaria avisan de la posibilidad de sufrir paros en la actividad si los productos básicos no llegan a las fábricas. De igual modo, avisan de los “enormes costes derivados de la conservación de los alimentos o de su pérdida”, señalando que “la recuperación de la actividad normal puede extenderse durante varias semanas, prolongándose los problemas de desabastecimiento en la población”.
Sobresfuerzo del sector de la distribución alimentaria
Por otro lado, los firmantes del documento explican que “la distribución alimentaria tiene que hacer un sobreesfuerzo de redistribución de alimentos a los puntos de venta y de reorganización del surtido disponible para no dejar desabastecida a la población. El cierre eventual de tiendas -con graves consecuencias sobre el abastecimiento, en ocasiones, a pueblos enteros-, la presión sobre los trabajadores -que deben hacer frente a situaciones de estrés por parte de los consumidores- y la dificultad para recuperar con rapidez la normalidad de suministro son otros de los efectos sobre el comercio del conjunto del país.
La crisis en la hostelería
“Después de la crisis sufrida como consecuencia de la pandemia, la hostelería, la restauración y el turismo pueden ver nuevamente amenazado su abastecimiento y, por tanto, sus negocios en plena campaña de verano, con las consecuencias que eso podría llegar a tener para la imagen de España como destino turístico nacional e internacional”, explica el comunicado.
Los firmantes concluyen que “un nuevo paro podría suponer la entrada en pérdidas de muchos operadores del sector, que están soportando a duras penas una coyuntura económica y geopolítica sin precedentes”
“En consecuencia, los firmantes piden a todo el sector del transporte que no sometan a la sociedad a una nueva amenaza y que tengan en consideración la difícil situación en la que se encuentra un sector esencial, como es el agroalimentario, que trabaja para garantizar en todo momento el abastecimiento de alimentos y de productos esenciales a toda la sociedad en cualquier rincón del país”