Me encantó que el presidente Escotet se haya marcado la Champions como objetivo y que lo haya anunciado ante los nuevos Socios de Oro. Nadie mejor que esos deportivistas, que han vivido las etapas más dolorosas y las más dichosas de nuestra centenaria historia, para ser testigos presenciales de su compromiso.
Celebro que fijase esa aspiración, porque estoy cansado de oir declaraciones de destacados ejecutivos del club que consideran “un logro mantenerse en esta categoría” o que “aspiran a ascender en cuatro años”. Se precisaba cambiar ese mensaje timorato por otro ganador y el presidente lo ha hecho.
Juan Carlos Escotet aprovechó una de sus contadas y estudiadas apariciones públicas para manifestar que “las noches mágicas de la Champions volverán a Riazor”. Son unas palabras que ilusionan de verdad a los deportivistas. A esa afición que, en los tiempos más difíciles, ha demostrado que ella sigue siendo de Champions.
Estoy convencido de que en estos años que lleva al frente del Deportivo, el presidente Escotet habrá modificado algunos de sus planteamientos iniciales. Se habrá percatado de que un club es mucho más que una sociedad anónima, de que se trata de una empresa muy distinta a las demás y de que la entidad no estaba “tan escarallada” como él decía.
Ahora sólo le queda cumplir con la promesa realizada. No le será fácil, pero tampoco es imposible, porque dispone de la voluntad y del dinero para hacerlo. El objetivo invita, en un momento tan gris como éste, a ilusionarse con el futuro del club. Lo contrario sería tanto como sospechar que alguien nos quiere tomar el pelo con esos planteamientos, por lo que Dios me libre de pensarlo.
Hago por mi parte un acto de fe y me agarro a la ilusión. Sueño con volver a escuchar el himno de la Champions en el Estadio de Riazor, pero eso no es algo que se pueda comprar en El Corte Inglés, ni existe tarjeta alguna, por millonario que sea su propietario, que lo garantice.
Para ello se precisa contar con un gran equipo. Pienso que la nueva casa se ha iniciado bien. Pienso que se ha acertado con Antonio Hidalgo como entrenador, que lo acompañarán buenos refuerzos, pero, para mí, el primer paso importante sería seguir contando con Yeremay.
Vaya por delante mi más sincera felicitación al presidente Escotet. La gestión que ha realizado con el nuevo contrato de Yeremay ha sido brillante. Consiguió, y era muy difícil lograrlo, una subida espectacular de la cláusula de salida del canario, y eso es digno de ser resaltado. Al César lo que es del César.
¿Yeremay si o no? Se abren dos escenarios bien distintos. El primero es hacer todo lo posible por mantenerlo y así dejar claro que el Depor va a por el ascenso. El segundo, consistiría en aprovechar el ingreso por su cláusula para poder disponer de una gran plantilla.
Las declaraciones del canario animan a ser optimistas. Dice que su ilusión es “ayudar a ascender al Deportivo a Primera”. Su continuidad en el club, presidente, sería lo ideal para ganarse la confianza de la afición. Sería decirle a gritos que los objetivos de la entidad son los máximos.
Soy consciente de que no se le puede hacer responsable de esa decisión solo al club. Si se ofrece el importe íntegro de la cláusula al contado, dependemos de lo que decida Yeremay. Él tiene la última palabra, aunque, si como dice su ilusión es continuar, quizás se le pueda convencer si se le promete hacer un gran equipo y se le mejora de forma considerable su contrato.
Es un momento clave para mandarle un mensaje rotundo a la cantera y a la afición: vamos a hacer lo imposible para que Yeremay continúe con nosotros, al igual que Mella y Barcia. Si pretendemos hacer algo grande, la venta más rentable de los mejores es, sin duda, quedarse con ellos.
No es la primera ocasión que estamos ante una encrucijada. Ya nos ocurrió en el verano de la temporada 2013-14, la más difícil de nuestra historia. Quizás en el momento que ‘la voz’ de los críticos nos martilleaba más con el mantra de “Lendoiro desprecia la cantera”, se estaban fraguando dos ‘Deportivo’ para la historia.
Uno era el primer equipo, del gran Fernando Vázquez, que ascendió a Primera ,y, el otro, era el benjamín de “la generación de oro”, que habían reclutado Pulido y Porvén. Dos acontecimientos que, por lo que han significado, merecen, de inmediato, un capítulo aparte.
Augusto César Lendoiro
Expresidente R.C.Deportivo
Pd. Se nos ha ido Fernando Marcos Hidalgo, el entrenador más laureado de la cantera del H.C. Liceo. Consiguió con los verdes todos los títulos de España en las diversas categorías y fue campeón de España con la Selección de Galicia junior, tras derrotar a Cataluña en su propia casa. Sin embargo solo presumía de “ser un buen animador”. Y vaya si lo era.
DEP, mi querido Fernando.