Nos acercamos hasta la sucursal de ABANCA en Os Castros una hora después del atraco, aunque entonces ya no queda presencia policial en la Avenida de Oza, a la altura del número 173. La sucursal está cerrada a cal y canto, con un cartel que decía "oficina no operativa por motivos técnicos". Y tampoco funcionaba el cajero electrónico. Dentro había una mujer y, se supone, también ya policías de la Brigada Científica, para investigar el atraco.
Hablamos con la responsable de una mercería anexa, pero nos apunta que se enteró del atraco por la presencia policial. No sabe nada más. Tampoco sabía mucho más una vecina, que acababa de salir del portal que está al lado de la sucursal, y apuntaba que igualmente se enteró del atraco por la fuerte presencia policial.
Y en último lugar nos atiende Mary Margaret, una irlandesa afincada desde hace ya muchos años en Os Castros. Ella intentó acceder a la sucursal sobre las 11:10, pero la Policía le impidió acceder. Y ahí es cuándo se enteró también del atraco, sin atreverse a dar una cifra. Eso sí, nos confirmó que se comentaba entre los vecinos de la zona que el atracador indicó a través de un papel que le diesen el dinero que acabó robando.