Hoy venía pensando en… los no refuerzos del mercado invernal.
El Valencia es el único equipo de los últimos diez clasificados que no fichó el pasado mes de enero. Hasta el Elche, casi desahuciado, hizo fichajes. Aún resuenan en mi cabeza algunas de las palabras del Director Deportivo Miguel Ángel Corona “esta plantilla demostró a principios de temporada que puede jugar bien” “trabajamos en armonía” “Peter Lim está entusiasmado” o “buscamos cuatro síes en los fichajes” (al más puro estilo Got Talent)
Respecto a la primera. Ya dije que me recordó mucho a aquella de “que se refuercen los demás que hemos sido campeones”. Y el Valencia quedó quinto fuera de Champions. La diferencia es que ahora no se trata de jugar en Europa o no, se trata de bajar al infierno o no. Y dejar al equipo sin un solo refuerzo dada la situación que ya se vivía es tan de irresponsable como de inepto. Irresponsable por pensar que sin mejorar el equipo se podía salir aludiendo a no sé que buen juego de principio de temporada e inepto por no ser capaz de conseguir ni un solo refuerzo, ser incapaz de mejorar la plantilla después de tener tres meses, desde noviembre, para hacerlo.
De la de “Peter Lim está entusiasmado”. ¿Con qué? ¿Con ver al equipo del que es dueño cayendo al abismo? ¿Con ver como su propia afición le repudia una y otra vez? ¿Con tener que cambiar constantemente de entrenador? ¿Con convertir al Valencia en un equipo mediocre? ¿Con pìsotear una y otra vez el escudo de un club Centenario y del prestigio del Valencia? ¿Con qué exactamente estaba entusiasmado? Ah si… con haber fichado a Baraja, que no me acordaba.
Pues el aficionado del Valencia no es que no esté entusiasmado es que está enfadado, asqueado, molesto, aburrido, fastidiado, cansado, angustiado, horrorizado, preocupado y hasta la mismísimas narices de personajes como Corona al servicio de una propiedad cuyo único objetivo parece ser destrozar al Valencia. Y a fe que lo están consiguiendo…