Hoy con Leleman venía pensando en… la ilusión. Que hoy es el día del gordo de Navidad.
No, no me ha tocado nada. Ni la devolución. Pero eso no quita para haber empezado el día con la ilusión de pensar que me podía tocar. Porque sin ilusiones, la vida no vale para nada. Y precisamente el fútbol es eso… ilusión.
Ilusión en pensar que tu equipo va a ganar cada domingo, que acabará levantando un título y que te hará disfrutar a lo largo de toda la temporada. La misma ilusión que tenían ayer los aficionados del Atlético Saguntino en un día histórico de Copa del Rey. No lo consiguieron pero les faltó nada para hacerlo, para eliminar a todo un primera división. Seguro que ayer fue un día muy ilusionante para todos sus aficionados pese a la decepción final.
Porque en eso consiste y por eso nos gusta tanto el fútbol. Si el resultado ya estuviera predestinado desde un principio, no llenaría estadios. Si supiéramos que nuestro equipo no va a cumplir con nuestras expectativas lo abandonaríamos desde un principio. Por eso es tan importante la ilusión en el fútbol. Esto era algo que Murthy jamás entendió… que sin dar a su afición alguna esperanza a la que agarrarse, antes o después se desenchufarían del equipo. Como así sucedió.
Pero este año es distinto. Se nota y se palpa en el ambiente con esos partidos en los que Mestalla está lleno. Esta afición ha vuelto a demostrar que con poquito que le des te lo devuelve incrementado a la enésima potencia. Por eso hay que cuidarla y por eso me gustan estos aires que llegan de cambio. Me gustó que ayer Layhoon anunciara un partido de leyendas para el Centenario de Mestalla. Nada que ver con Murthy que, con perdón, se cagó en el Centenario de la Institución. Porque él jamás tuvo ni entendió la ilusión que genera el fútbol, solo la de los billetes y el buen vivir y beber.
