Hoy con Leleman venia pensando en… el derbi.
Y lo primero que pienso es que mola que existan estos partidos. Mola que haya un Levante-Valencia o Valencia-Levante todos los años. Lo digo fundamentalmente por la situación que atraviesan los levantinista y por la que da la sensación que son los que más necesitan los puntos. Una victoria ante los valencianistas podría dejar atrás esa dinámica tan negativa que llevan. El chute de alegría e ilusión que provocaría en los granotas podría servir de lanzadera para lo que venga después.
Pero el Valencia también necesita esa victoria aunque por razones muy diferentes. Si los de Bordalás se imponen, esa sensación de que el equipo puede pelear por Europa se hará cada vez más evidente. Marcharse al parón navideño a dos puntos de la Champions también supondría un chute de ilusión a otra maltrecha y maltratada afición: la del Valencia.
Estos partidos son especiales. Se nota. Todos tenemos amigos de un lado y del otro. Y aunque sea lunes laborable a las nueve de la noche estoy seguro que va a haber un gran ambiente en el Ciutat. Un Levante-Valencia bien lo merece. Habrá tensión, esa tensión propia de un derbi. E intensidad. La emoción está servida.
No sé quien se llevará los tres puntos ni tampoco me atrevería a asegurar quien los necesita más, cada uno por distinto motivo, pero lo que si sé es que estos partidos molan y aunque la La Liga se haya empeñado en darle poco valor por el horario escogido… un Levante-Valencia siempre será especial para los valencianos. Es un derbi
