El Elche seguirá en Primera. Y lo hará después de haber sido capaz de superar una temporada durísima por el cómo y por el cuándo. Ascendió un 23 de agosto en un campeonato en el que el balón echó a rodar el 13 de septiembre y en el que los ilicitanos apenas tuvieron un mes para prepararse y para armar la plantilla de cara a su estreno liguero, en la tercera jornada, frente a la Real Sociedad.
Tuvo que confeccionar una plantilla a marchas forzadas cuando el resto de rivales, incluidos Cádiz y Huesca, ya habían separado el grano de la paja en el mercado, al que los franjiverdes accedieron siendo los más pobres con el presupuesto más bajo de Primera. Llegaron algunas apuestas importantes como Raúl Guti, Iván Marcone, Lucas Boyé o Guido Carrillo, dejando en un capítulo aparte la historia de Youssouf Koné. También se hicieron otros fichajes para buscar competencia a bajo coste, como Tete Morente, Cifu, Sánchez Miño, Ruso Rodríguez o Lucumí, entre otras, para completar la plantilla. Y luego el resbalón con Almirón, al que se fichó para Segunda y se encontró con un premio de Primera.
Hay que dar el valor y el lugar que merece a la gestión del propietario, Christian Bragarnik. Estamos acostumbrados a dar el mérito de los éxitos a unos y la condena de los fracasos a otros. Hay mil ejemplos en el pasado. El Elche que se ha salvado es el de Escribá y de haber descendido hubiese sido el de Bragarnik. Y tampoco sería justo. El empresario argentino ha hecho mucho y como todo aquel que obra, acierta y se equivoca.
En la balanza de Bragarnik hay ya un bagaje de año y medio que ha dado para mucho. Y puede que lo menos trascedente, a pesar del ascenso y de la permanencia, haya estado alejado de lo deportivo. Se han saneado las cuentas, se han reestructurado las áreas internas, se ha apostado por mejorar las instalaciones del estadio y se tiene como gran objetivo la construcción de una ciudad deportiva y asentar al equipo en Primera. Luego, podrá acertar o fallar. Si fracasa, siempre estará aquel que ya lo sabía desde antes de la Cooperativa, sin duda.
A mí, como a Escribá, el del Elche me parece un proyecto interesante e ilusionante. La temporada que viene con más tiempo, con más presupuesto, con más experiencia y, que a nadie se le olvide, con la enorme afición franjiverde en las gradas. Como relata el periodista y narrador argentino Elio Fragoza, de Am990 Splendit, explotan los rayos del sol en el horizonte franjiverde y se desata la locura en el país de las palmeras porque el Elche resurge de su propia historia, de su recuerdo. ¡El Elche es de Primera!
