Los hechos sucedieron el 10 de noviembre de 2015, cuando el acusado se desplazó en coche desde el municipio zaragozano de Belmonte de Gracián, en el que residía, hasta la pedanía de El Altet, donde su esposa se había refugiado con el único hijo de la pareja, un niño de 6 años, huyendo de los malos tratos de él y en busca de la protección de su familia.
El condenado no podía acercarse ni comunicarse con su exmujer por la orden de alejamiento que había dictado unas semanas antes un juzgado de Calatayud en un procedimiento por violencia machista.
El hombre estuvo escondido toda la noche dentro de la finca rural de sus antiguos suegros y, a la mañana siguiente, 11 de noviembre, cubierto con un pasamontañas, abordó e hirió a su excompañera en la espalda y un glúteo tras dispararle con una escopeta.
La víctima se refugió en casa de sus padres y el agresor salió huyendo, pero fue detenido poco después por la Policía, que encontró en su poder un manuscrito donde revelaba sus intenciones homicidas.
El documento iba dirigido a la juez de Calatayud que le había imputado por malos tratos y recogía literalmente: "Me casé por amor y en la boda juramos que estaríamos juntos hasta que la muerte nos separe. Siento que tenga que ser tan pronto".
Igualmente, el acusado se disculpaba ante su hijo pequeño por el hecho de que fuera a quedarse "sin padre y sin madre", pues aseguraba que no podía reaccionar de otra manera y el resultado de su conflicto matrimonial no podía ser otro que "la muerte de uno y la cárcel para el otro".
Además de los 14 años y 8 meses de prisión, la sección primera de la Audiencia de Alicante establece en la sentencia, que puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo, veinte años de alejamiento al agresor y la obligación de indemnizar a la perjudicada con más de 37.500 euros.