Los trabajos de restauración del Castell Vell, impulsados por la Concejalía de Cultura, dirigida por Verònica Ruiz siguen deparando hallazgos inesperados. El equipo de arquitectos y arqueólogos que desde principios de año trabaja en el desarrollo de la actual fase del Plan Director, ha encontrado restos de estancias en la albacara, una de las dos zonas principales del castillo. Habitualmente, la albacara no era una zona de residencia permanente y sí, ocasionalmente, un lugar donde encontrar refugio frente a un peligro externo. La otra gran área, la alcazaba, es una zona más noble del conjunto, esta sí con una finalidad residencial y de dar refugio a las fuerzas encargadas de su defensa.
Al respecto, la edil de Cultura ha manifestado su alegría y orgullo de poder “estudiar y descubrir para la ciudadanía de Castellón la historia de nuestros orígenes”. Ruiz, considera que “el pueblo de Castellón gana muchísimo con la recuperación de nuestra historia”.
El equipo que dirige el arquitecto Jaume Prior ha localizado ahora el trozo que faltaba del recinto amurallado, compuesto por un tramo de muro enterrado a metro y medio de profundidad que se encuentra en excelentes condiciones de conservación.
Además, se han logrado más progresos ya que la torre adosada al ermitorio ha ganado un par de metros de altura una vez se ha excavado a sus pies, liberándola de añadidos de nula calidad funcional o arqueológica.