El último Anuario de Estadísticas Deportivas ya decía que en 2011, España había recibido más de nueve millones de turistas extranjeros, el 16% del total de las llegadas, reportando casi 10.000 millones de euros, en viajes deportivos. No hay datos actualizados pero basta con ver como cada vez estamos más concienciados en esto del ejercicio para darse cuenta de que esas cifras se han superado con creces.
Unos que vienen y otros que van, porque cada año son más los corredores españoles que deciden hacer kilómetros para luego correrlos en forma de media maratón o los famosos 42 kilómetros en la solicitada maratón de Nueva York, donde es poco menos que imposible hacerse con un dorsal o en, la también codiciada maratón de Boston, París, Berlín o Tokio.
Puedes hacer turismo deportivo para ver una prueba, para realizarla o simplemente puedes hacer ese ejercicio que te tiene enganchado en un paraje… diferente. Tamara Viso, montó hace un año la agencia online de viajes deportivos sports&go para dar servicio por el mundo a deportistas, aficionados y acompañantes, donde te organizan la práctica deportiva de decenas de disciplinas en lugares “especiales” como por ejemplo buceo en una planta prolifera en medio del Pacífico o practicar el Muay Thai en la cuna de este arte marcial.
Pero también las cifras de los viajes realizados por motivos deportivos dentro del territorio español han aumentado desde 2009. Según el balance de turismo publicado por el Instituto de Estudios sobre Turismo, los españoles realizamos más de 2 millones de viajes por motivos vinculados al deporte, un 2,6% del total con una cifra de negocio de 523 millones de euros. Para que te hagas una idea la Maratón de Valencia del 2013, por ejemplo, dejó unos ingresos en turismo de 7,3 millones de euros.
Y es que España tiene unas condiciones maravillosas para practicar deportes aéreos, acuáticos y terrestres ya sea con el objetivo de cuidarse, estar en forma o sencillamente divertirse.
Rutas senderistas espectaculares por ejemplo, en los distintos caminos a Santiago, ski o snowboard en los Pirineos, en los Picos de Europa, en el Sistema Central o en Sierra Nevada; kitesurf o windsurf en las costas de Tarifa o Fuerteventura; surf en el País Vasco o en Lanzarote…
Aquí se puede hacer de todo. Pero si lo que te pide el cuerpo es salir… Inmersiones en el Mar Rojo, rutas en bici por Francia o Marruecos, trekking en Nepal o surf en Indonesia es lo que más se demanda. En Nepal, precisamente, la economía nacional y la de las familias de los sherpas depende en gran medida de los alpinistas que escalan el Everest y demás ochomiles de la zona. Y en ciclismo, hasta el Tour de Francia monta una etapa para cicloturistas cuyo recorrido es exacto al que días después afrontan los profesionales con tanta demanda que las plazas vuelan. También hay para los que prefieren dar puño y no pedales. Rutas en moto como la mítica 66 en EEUU o ir de pasajero haciendo un husky tour en el desierto de Laponia o una expedición al Polo norte en rompehielos nuclear.
Campus de karate en Okinawa, trekking por la muralla China, bici por el Gran Cañón del Colorado… tu dices qué y donde y se encargan de todo, hasta del material.
Como ves a nivel mundial se ha extendido una nueva forma de hacer turismo que consiste en buscar lugares donde poder practicar algún tipo de deporte mientras se disfrutan de unas merecidas vacaciones.
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Mil besos