El Síndic de Greuges de Barcelona, David Bondia, parte de la base de que los botellones no van a desaparecer de las ciudades y, por ese motivo, ha lanzado una propuesta para que esta práctica se haga "en condiciones". Bondia ha hecho llegar al ayuntamiento de Barcelona propuestas de buenas prácticas que se han desplegado en otros municipios, como es habilitar equipamientos deportivos o culturales para hacer el botellón.
El Síndic defiende establecer un marco general centrado "en la reducción de riesgos" y "estudiar la posibilidad de señalar espacios accesibles en la ciudad garantizando estándares de seguridad, información y confianza". Eso pasaría por establecer puntos de información lila, espacios antiracismo, acceso rápido y seguro a servicios sanitarios, WC o movilidad compartida". Una propuesta que debería ir acompañada por campañas de sensibilización para "fomentar un ocio nocturno respetuoso" y "sin estigmatizar a la gente joven".
Collboni dice que es una "ocurrencia"
El primer teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha calificado de ocurrencia la propuesta del Síndic y ha asegurado que no forma parte de la agenda del gobierno municipal.
Sin embargo, la propuesta se enmarca en la mesa ciudadana para una noche cívica y segura que se constituyó a finales del año pasado para abordar de forma integral el fenómeno del ocio y las actividades nocturnas en Barcelona, especialmente, tras la proliferación de botellones a raíz del cierre de bares y discotecas por la pandemia. La primera reunión fue presidida por el teniente de alcalde de seguridad y prevención del ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle.
El sector del ocio nocturno, en contra
En un comunicado, la patronal FECALON han explicado que no están en contra de un ocio nocturno alternativo pero han avisado que el botellón es una de las principales amenazas para el sector y también para la convivencia y descanso de los vecinos.
Según FECALON, las discotecas y locales de ocio nocturno son un servicio indispensable y el problema "real" asociado a los botellones es el déficit de establecimientos en la ciudad de Barcelona y su área metropolitana. Según sus datos, más de 200 discotecas y bares músicales emblemáticos han cerrado las puertas en los últimos quince años.
