La revista 'Forbes' ha publicado por cuarto año consecutivo el listado de 'Los mejores médicos', con los 100 nombres más reconocidos del panorama de la asistencia, la investigación y la docencia en España en veinticuatro especialidades, que ejercen en más de sesenta centros hospitalarios, tanto públicos como privados. Entre ellos destacan el Hospital Universitario Vall d'Hebron, Hospital Clínico San Carlos, Fundación Jiménez Díaz, Hospital Universitario La Paz, Hospital Universitario, Gregorio Marañón, Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, Hospital Universitario Rey Juan Carlos, Hospital Universitario de Cruces, Hospital Universitario Puerta de Hierro, Centro Médico Teknon, Hospital Universitario Infantil Niño Jesús, Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, Hospital German Trials i Pujol o el Hospital Universitario Ramón y Cajal y el Hospital Quisónsalud Albacete.
En este caso, la presencia albacetense está representada por el cirujano cardiaco, doctor Gonzalo Aldamiz, jefe de la Unidad de Cirugía Cardíaca en el centro sanitario albacetense de la Plaza del Madroño, en la que ha realizado junto a su equipo cerca ya de siete mil intervenciones en diferentes patologías del corazón alcanzando unas cifras muy importantes de seguridad, eficacia y eficiencia en el servicio, como vienen valorando cada año los pacientes que son atendidos en esta Unidad de referencia en Castilla-La Mancha y España.
El doctor Gonzalo Aldamiz mostró su satisfacción por este reconocimiento. Desarrolla también su actividad en los madrileños hospitales Jiménez Díaz, Rey Juan Carlos, Infanta Elena y el General de Villalba en un área de salud que supera el millón de habitantes trabajando entre Madrid y Albacete. Supervisa un programa de su especialidad en Burkina Fasso formando en la medida de las circunstancias existentes a cirujanos cardiacos de ese país africano con el añadido a través de la Fundación Recover de intervenir a pacientes burkineses en el quirófano de Hospital Quirónsalud Albacete, con el fin de salvar de una muerte segura en etapas de edad tempranas a unos jóvenes que han crecido sin asistencia sanitaria para las patologías cardíacas graves. Es, en síntesis, la trayectoria premiada de nuevo de un médico de alto nivel profesional y bien ganado prestigio, muy vocacional que ha sacrificado su vida personal por una profesión que le apasiona.
