En él se fijan las líneas de colaboración entre ambas administraciones para desarrollar, de forma coordinada, las labores de conservación, recuperación y mantenimiento de los cauces de dominio público hidráulico dentro del término municipal. El convenio también abarca la realización de un diagnóstico ambiental y morfológico de los ámbitos fluviales del municipio de Gijón, que determine las causas de su deterioro y establezca las medidas necesarias para lograr su progresiva mejora.
Con la firma, la Confederación Hidrográfica asume la ejecución de la totalidad de las actuaciones de mantenimiento y conservación de cauces en el término municipal, que se realizará mediante un encargo a su medio propio Tragsa, de conformidad con lo previsto en el artículo 30 de la Ley 9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos del Sector Público.
La inversión prevista para la ejecución de las actuaciones necesarias se estima en 1.520.000 euros durante los próximos 4 años. Según la estimación inicial realizada, una cantidad de 1.200.000 euros de las anualidades comprometidas se destinarán a actuaciones en cauces públicos situados en espacios materialmente urbanos, mientras que un importe de 320.000 eruros se destinará a actuaciones en cauces fuera de estos ámbitos.
El Ayuntamiento se compromete a poner a disposición de la CHC los terrenos necesarios para desarrollar las actuaciones y a abonar a la Confederación el importe de las actuaciones que se ejecuten en las zonas urbanas del municipio.
La Confederación también elaborará un estudio, cuya inversión prevista es de 152.700 euros, para el análisis hidromorfológico y ambiental de los tramos fluviales del municipio, de las presiones y los impactos que puedan afectar a su estado, y que incluirá propuestas de actuación necesarias para su recuperación, conservación o mejora. Hará posteriormente una propuesta de actuaciones a desarrollar a medio, corto, y largo plazo, para consensuar con los vecinos las líneas generales de actuación en el municipio en los próximos años.
Actualmente, el proyecto se encuentra en la primera fase, en el diagnóstico y elaboración de la documentación técnica. En los trabajos de campo se han analizado 50 cursos de agua, en los que se han identificado 198 impactos de diversa índole. Entre ellos, los más destacados son las alteraciones de las márgenes, la ausencia de vegetación o bosque de ribera asociado al ecosistema fluvial, la presencia de obstáculos transversales y longitudinales que dificultan la correcta circulación del agua o la presencia de 12 especies alóctonas diferentes, tanto en el propio cauce como en su vegetación asociada.