El Departamento de Sanidad continúa vigilando la evolución del brote de coronavirus en una empresa hortofrutícola de Zaidín, que se ha extendido ya a cuatro comarcas aragonesas, obligándolas a retroceder a la Fase 2. Por ahora, el Gobierno autonómico descarta el cierre de otras explotaciones cercanas, y deja en manos de la empresa afectada la decisión sobre su reapertura.
Cuando reinicien la actividad, eso sí, los propietarios deberán contar con un plan de contingencia y solo podrán incorporarse los trabajadores que no presenten síntomas ni hayan estado en contacto con los contagiados. La consejera de Sanidad, Sira Repollés, ha visitado hoy esa zona, donde ha agradecido la colaboración de los ayuntamientos, comarcas y equipos médicos. Repollés cree que han actuado a tiempo y afirma que la situación está bajo control.
El Ayuntamiento de Fraga habilitó ya hace unas semanas un pabellón para los temporeros que dieran positivo en coronavirus y que tengan dificultades para cumplir con las medidas de aislamiento en sus domicilios. La alcaldesa, Mari Carmen Costa, ha avanzado que el Consistorio ha activado un nuevo espacio para aislar a la mano de obra de la campaña de recogida de la fruta que puedan contagiarse.
En la comarca de Bajo Aragón-Caspe hay once casos confirmados, aunque esa cifra irá creciendo en las próximas horas. La alcaldesa de Caspe, Pilar Mustieles, afirma que han habilitado un edificio para acoger a los temporeros que puedan contagiarse y van a incrementar las tareas de desinfección en las calles. Aunque insiste en que la medida más lógica es garantizar las medidas de distanciamiento.