No le dio al Atlético de Madrid con su intensa, insistente y apabullante media hora inicial para doblegar al Espanyol por una cuestión de pegada, fallidos todos sus remates hasta que se rearmó el conjunto blanquiazul, resistente al principio y solvente después para sumar el primer punto de su retorno a LaLiga EA Sports.
Toda la efectividad que lo hizo ganador el pasado domingo ante el Girona le faltó tres días más tarde contra el Espanyol, cuya reacción impulsada en la primera pausa de hidratación introdujo después al Atlético en un laberinto del que no halló la salida: el gol que tanto buscó, más allá de un tanto bien anulado por fuera de juego a Rodrigo Riquelme.
No aprovechó su momento al principio. En la variedad y cantidad de jugadores que maneja Simeone, ni siquiera el descanso de Griezmann, Pablo Barrios, Marcos Llorente y Giménez lo afectó, por más que el técnico viera lo contrario al intermedio. Su intervención fue rotunda: Griezmann por Julián Alvarez, Barrios por Lino y Marcos Llorente por Molina.
Mientras asoma Bilbao el próximo sábado, antes había que ganar al conjunto blanquiazul, que sobrevivió al comienzo y se rehízo instante a instante, a partir de ajustes e intensidad a raíz de la pausa de hidratación, cuando Manolo González relanzó a sus futbolistas. No le gustó a Simeone quizá esa fracción del choque, tal como fue su maniobra al descanso.
Antes, el marco a cero del Espanyol tuvo mucho de casual tras la primera media hora. Fue algo impensable en la secuencia ofensiva local y en el territorio por el que se movió el bloque visitante el primer tramo; acurrucado y encerrado, sobrepasado y amenazado constantemente, incapaz de contrarrestar el vértigo de Riquelme, la permuta con Lino...
Y el juego entre líneas de Julián Álvarez. Los primeros minutos del argentino en su tercer encuentro como rojiblanco, el segundo consecutivo como titular en el Metropolitano, fueron como segundo delantero, con Sorloth como más referencia. Un manual exhaustivo de todas las posibilidades que ofrece, por cómo gira, cómo ve el fútbol, cómo se posiciona... Media hora. Después se diluyó, como su equipo. Al descanso, fue sustituido.
Lo soportó a duras penas el Espanyol. Primero, el portero Joan García, mientras su futuro se acerca al Arsenal, con una ágil oposición al remate de Julián, tras la enésima acción de Riquelme. Después, el poste, en un remate de Lino. Más tarde, con tres cabezazos de Sorloth, más un tiro mordido en el área. No tuvo pegada. Un alivio para su oponente.
Las estadísticas eran descriptivas, con once remates propuestos por el Atlético... Pero también dos del Espanyol, que de repente advirtió al conjunto rojiblanco, con un nudo en la garganta cuando Puado se sintió en la mejor posición para batir a Oblak. La altura que tomó su disparo dentro del área fue un respiro para cada seguidor, cada jugador local y Simeone.
Cierto que el Atlético acabó con nuevos remates de Sorloth, tanto como que el partido ya no era tan del gusto de Simeone, que movió a su equipo, con las posibilidades que le ofrecen los cinco cambios durante el duelo. También una plantilla de tanto nivel. Su idea estaba definida antes y después, con los centros al área para el rematador noruego.
Pablo Barrios, entrado al descanso, está en plenitud física de vuelta de los Juegos Olímpicos. A una velocidad más que el resto. Se nota en cada carrera, en cada presión, en cada llegada. Lo mismo ocurre con Llorente. Pero, para entonces, ajustado en las marcas, era más costoso para el Atlético, que lamentó un gol anulado, por fuera de juego de Riquelme, tras un error de Joan García y un barullo en el área. El VAR lo detectó. El Espanyol lo celebró.
Superado ya el primer cuarto de hora del segundo tiempo era la única ocasión del Atlético desde la reanudación. Tampoco le bastó con los tres cambios. Simeone dio entrada a Correa. Manolo González puso en juego a su último fichaje: Cheddira. El conjunto rojiblanco necesitaba más, el Espanyol aguardaba su momento. Lo tuvo Cheddira. Lo desbarató Oblak.
El cronómetro ya presionaba al Atlético, cada vez más previsible, sin ver ninguna vía por la que romper la estructura de su adversario, a la espera de algún ataque de inspiración de Griezmann, aún al reencuentro de su versión más reconocible, distante de todo lo que debe ser y ha sido para este equipo, tan decisivo siempre, sin ir más lejos el pasado domingo, pero demasiado errático por momentos este miércoles.
El último cambio de Simeone fue Reinildo por Sorloth. Un especialista defensivo por un rematador puro. Con 0-0. Minuto 72. Una apuesta silbada desde la grada, entre el arrebato final del Atlético, la decepción de un empate imprevisto, las dudas que sugiere tan pronto entre tanto fichaje y el mérito del Espanyol, que también lo tuvo para lograr su primer punto del curso, sufrido hasta el final, hasta otra ocasión y otro gol anulado de Riquelme.