Rainfer

El biólogo especializado en primatología Guillermo Bustelo de Rainfer nos habla de una misteriosa enfermedad, cuyo desencadenante parece ser una bacteria, que ha matado a 59 de los 60 chimpancés que lo han padecido en el santuario de Tacugama, en Sierra Leona.

Hace unos días que Marta y Eider, dos ancianas de cercopithecus petaurista, fueron sustraídas violentamente de sus instalaciones en el Centro de Rehabilitación de Primates Rainfer.

Contra todo pronóstico, han aparecido y regresado al centro sanas y salvas. Es la única información que se puede ofrecer sobre su robo, ya que está abierta aún la investigación.

Este es el emocionante momento del reencuentro de Marta y Eider con sus cuidadores del centro.

Marta y Eider son dos primates que han robado del Centro de Rescate de Primates Rainfer la noche del pasado 14 de mayo. En Como el perro y el gato hablamos con Guillermo y Marta Bustelo, que dirigen el centro, y además se unen a la conversación Dani Rovira y Malú, que han querido mostrarles su apoyo.

El Centro de Rescate de Primates Rainfer ha sufrido un robo durante la noche del 13 al 14 de mayo, en el que dos de sus primates han sido sustraídos.

Rainfer lleva más de 20 años acogiendo primates procedentes de incautaciones a circos, procedentes del tráfico ilegal, abandonados y decomisados. En muchos casos estos animales son entregados por el propio Estado, pero no reciben ningún tipo de ayuda por hacerse cargo de ellos. Ni siquiera les entregan la recaudación de las multas impuestas a los traficantes de esos mismos animales que les son entregados.

Tarzán y Loti son dos chimpancés que fueron rescatados por el Centro de Rehabilitación de Primates Rainfer de un circo de Valencia hace nueve años. Desde su llegada, se puedo observar las secuelas físicas y psicológicas de toda una vida de maltrato que, entre otras cosas, les había provocado una gran agorafobia que les provocaba un tremendo miedo a salir al exterior como el resto del grupo de chimpances con los que viven. El duro trabajo de los profesionales y voluntarios del centro durante todos estos años ha conseguido que, tras nueve años Tarzán y Loti vuelvan a sentir la luz del sol sobre ellos: el pasado mes de febrero ambos pasaron la frontera entre el tunel que lleva a sus habitaciones y el exterior. El hecho no sólo embriagó de emoción a los humanos que fueron testigos, sino que los propios protagonistas de esta historia se abrazaban entre ellos al lograrlo.