SARAO BRAVERO

Sara Escudero: "Los que somos de pueblo, al llegar a la ciudad sufrimos. Yo lo llamo citybulling"

La colaboradora de 'Por fin no es lunes' ha hablado de las primeras veces, en un trabajo por ejemplo, aprovechando que Jaime de los Santos empezaba hoy en la sección del programa de Onda Cero

ondacero.es

Madrid | 04.09.2022 12:35

¡Domingo de Farala! ¿Por qué? Pues porque hoy tenemos chico nuevo en la oficina!. Tenemos chico nuevo en la oficina, se llama De Los Santos y es divino… ¿soy la única que cuando dice “es divino” le suena a Boris Izaguirre?

Hoy es un día que ya no se va a repetir nunca! Porque un primer día en lo que sea… sólo pasa una vez en la vida! (más de un primer día, si pudiéramos dar marcha atrás, muchos nos los replanteábamos, y a buen entendedor…) Como a mi con aquel trabajo, ¿veis? ¿Quién les iba a decir a ellos que también sería el único?

No, en serio… Un primer día en un trabajo es un día especial. Siempre hay nervios… Siempre. Pueden ir desde el guriguri hasta el herpes en el morrete (de eso que parece que no te has limpiado bien después de desayunar…) Eso ya va según el temple de cada uno, pero, ay, lo que duren va a depender del feeling con el entorno…

Aquí tranquilo, Jaime, que somos como los nabucodonosorcitos de Los Fraggle Rock, venimos con ansia más que con gana, nos falta el casco y por estatura yo daba el pego, vamos… que en seguridad nos llaman los milagros…

Siempre hay mal descanso la noche anterior. Siempre. Desde haberte dormido a las mil y llegar al trabajo como un mapache minero.. que esto puede ser también porque te diste una maratón de la serie que tienes entre manos. Y siempre hay una duda estética, con el outfit que se dice ahora, ¿te arreglas? ¿No te arreglas?

Ser el nuevo en un sitio puede ser glorioso o muy duro. Como los que somos de pueblo, que al llegar a la ciudad sufrimos. Yo lo llamo citybulling o urbaburling. Porque tú llegas a Madrid y saludas a 'to quisqui', que es lo suyo. Error: es lo nuestro, no lo suyo.

En el trabajo debes saludar y presentarte a todos, por supuesto. Y será glorioso si el equipo hace honor a su nombre y todos se llaman de tú. La cosa fluirá… Pero será muy duro si la gente va con cascos y lo más que recibes a tu décimoquinto “buenos días” es “¿tienes mechero?”.

Estudia a tu público cuando eres el nuevo: si entre el equipo hablan, respira. Si hablan con la voz, digo. Si ves cabezas a lo avestruz y que se hablan por wasap estando al lado… pide un ventolín.

¡Inciso! Hablar a gritos no cuenta. Ni para el jefe, porque coarta, anula, bloquea:

- Manolo! Cuántas veces te he dicho que en el trabajo no se come!

- Eeehh.. Tranquilo, jefe, si no estoy trabajando!

¿Mi consejo? Recordar el primer día de cole. Llamar a tu madre lloriqueando puede ser excesivo. Pero recordar su mensaje, ese de “¡va, que verás como haces muchos amiguitos!” Pues, oye, motiva!

Jaime De Los Santos: si hoy cuando Canti diga el “adiós, adiós, adiós, adiós” tú dices un “coño, ¿ya?” Es que nos hemos hablado de tú ;)

Bienvenido, Faralaman.