De nuevo, esta noche cambiamos la hora, a las tres de la madrugada serán las dos, y tendremos que adaptarnos al horario de invierno. En comparación a nuestros países vecinos vamos una media de dos horas de retraso: Somos la excepción en el entorno europeo.
No obstante, hubo una época en la que teníamos unos horarios similares a los del resto del mundo. "Esto de los horarios europeos ha hecho mucho daño, porque se debería de hablar de horarios globales, es lo que pasa en todo el mundo menos en España", dice Fabián Mohedano, promotor de la reforma horaria.
Antes de Franco, cuando se produjo el cambio horario en los años 40 como gesto a la Alemania nazi, los españoles comíamos a las doce del mediodía. "Nuestros abuelos y bisabuelos comían al mediodía y cenaban a las ocho de la noche", recuerda Mohedano y, además, explica que esto no solo se debe al cambio de hora.
La llegada del pluriempleo y las horas extra son unos procesos socio-económicos del desarrollismo en los años 60 que también han originado "el inicio de un proceso lento". "En los años 80 la cosa todavía estaba ordenada, la televisión se acababa a las once de la noche y cenábamos a las 20:30 - indica -, pero el cúmulo de despropósitos comenzó en los años 90".
El promotor de la reforma horaria señala que los españoles, a nivel mundial, somos los ciudadanos que más tarde compramos a través de Internet: Mientras que nosotros los hacemos entre las 23:00 y la 1:00 horas, en el resto de países la curva de máxima compra es mucho antes. "Tiene sentido, porque cuando nos queremos sentar a hacer esa compra ya relajados delante del ordenador es tarde".
Ahora se habla de que en el 2021 se puede finalizar el cambio de hora y tendremos que escoger un huso horario en el que nos situemos. "Al final la cuestión de la hora es un valor que tú le das a la hora", dice Mohedano.