Salvo sorpresa extrema, el Supremo va a confirmar la inhabilitación para Joaquim Torra. Lástima, porque ahora que estamos en un momento complicado de la pandemia, él sostiene que de ser independientes, tendrían menos contagios. Eso sí, ya puede reflejar en su currículum que hacer caso omiso a uno de los poderes del estado, al judicial, le puede costar a uno el cargo.
No le apartan por colgar una pancarta. Le apartan porque desobedeció la orden de retirarla. Es decir, que pensó que él estaba por encima de las normas que rigen para los demás. Las leyes son la defensa que tienen los ciudadanos para protegerse de conductas indeseables. Y eso lo sabe bien su predecesor, Puigdemont, que puso pies en polvorosa en cuanto sospechó que uno de los dos platillos de la diosa de la justicia le iba a caer encima de la cabeza.