Hace unos días, los informativos de la televisión británica volvieron a dedicar mucha parte de sus noticias al caso de Madeleine McCann, la niña británica de casi cuatro años de edad que desapareció en 2007 cuando estaba con sus padres en el Algarve (Portugal).
Madeleine desapareció el 3 de mayo de 2007 en un apartamento de Praia de Luz. Sus padres la dejaron durmiendo en la habitación mientras ellos se fueron a cenar con unos amigos. Si bien, cuando volvieron, Madeleine ya no estaba en la habitación y la ventana estaba abierta. A partir de ese momento comenzó una investigación que a día de hoy todavía continúa.
Novedades en la investigación
Según lo que han publicado los medios británicos, la policía alemana y portuguesa han reanudado la búsqueda, esta vez en unas hectáreas de la urbanización Atalaia, a unos tres kilómetros de donde sucedió todo.
El principal sospechoso es Christian Brueckner. Un pederasta y violador que actualmente está en la cárcel cumpliendo una condena de siete años y medio por una violación a una niña de seis años que cometió precisamente en el Algarve.
Brueckner huyó de Alemania, de donde es originario, porque estaba acusado de violar a una anciana de 72 años tras entrar en su casa y atacarla con un cuchillo. Su compinche lo grabó todo y Brueckner dejó ADN en la casa, por lo que fue identificado y condenado.
El registro de llamadas, clave para investigar a Brueckner
Cuando ocurrió la desaparición de Madeleine, Brueckner se encontraba en el Algarve y gracias al registro de llamadas que hizo ese día, la policía ha descubierto que la noche del 3 de mayo de 2007 habló con alguien durante media hora desde un lugar muy cercano al apartamento. Además, la llamada la realizó en los momentos críticos de la desaparición.
También hay que destacar que al día siguiente de la desaparición, Brueckner se deshizo de su coche. Al poco tiempo se fue de Portugal y volvió a Alemania, donde fue detenido en 2011 por tráfico de drogas.
En la cárcel se descubre que está implicado en otro caso de abusos sexuales y que está investigado por la desaparición de otra niña, Inga, de cinco años. Al registrar su casa descubrieron un pendrive con pornografía infantil y que visitaba chats y foros de pederastas.
El preso al que Brueckner habría confesado lo que hizo con Madeleine
En 2019 el caso volvió a dar un giro porque un compañero de cárcel confesó a la policía y Fiscalía alemanas que Brueckner le había contado que en Portugal había secuestrado a una niña cuando entró a un apartamento a robar. Brueckner, además, supuestamente le preguntó si era posible sacar ADN de unos huesos que estaban encerrados hace mucho tiempo.
Con estas nuevas investigaciones han quedado atrás las acusaciones que hizo el inspector Gonzalo Amaral contra los padres de Madeleine, a los que acusó de darle somníferos y que después la niña, aturdida, se habría dado un golpe mortal y habrían ocultado el cuerpo.