Hace veinte añosEspaña tenía 7 millones de habitantes menos, todavía se cobraba y pagaba en pesetas, los teléfonos móviles sólo servían para llamar, los periódicos se leían en su mayoría en papel, la conexión a Internet era a través del cable telefónico, Google apenas se utilizaba porque nadie lo conocía, el WhatsApp de aquel entonces eran los SMS y, por supuesto, no existía Facebook, ni Youtube, ni ninguna de las redes sociales que utilizamos ahora.
Ahora, el consumo audiovisual se hace cada vez más a través de las plataformas de streaming, lo que está provocando el cierre de muchos cines y de los ya prácticamente desaparecidos videoclubs. Hace veinte años había en España alrededor de unos 10.000 videoclubs, pero hoy en día apenas llegan a los 300 locales.
Los videoclubs, un lugar casi desparecido
Uno de los videoclubs que todavía existen es el 'Video Instant' de Barcelona, cuya propietaria es Aurora de Parés. "Todavía hay gente que no se conforma con lo que encuentra en la plataforma que tiene y recurre al videoclub a buscarlo", explica Aurora mientras hace referencia a las dificultades añadidas durante el Covid. Con los años, lo que han tenido que hacer muchos videoclubs es "diversificar el producto" y ofrecer al público productos relacionados. En su caso, Aurora ha añadido al suyo una sala de cine y una cafetería.
Algunos de los alumnos con los que hablamos en este programa especial de 'Más de uno' desde la Universidad Nebrija recuerdan cómo de pequeños iban a los videoclubs con sus padres, pero estos fueron desapareciendo a medida que pasaban los años. Todos ellos destacan la bonita sensación de escoger la película y de tenerla entre sus manos, algo que ha quedado para el recuerdo.
¿Ha cambiado la forma de ir al cine?
También, hace veinte años, los hábitos del público que asistía a los cines era bastante diferente al actual. Antes, la gente iba al cine dos veces por semana, como mínimo. Antonio Santamaría, ex gerente del cine Doré, nos cuenta cómo ha cambiado la vida dentro de las salas de los cines.
Las películas en versión original prácticamente no existían en España. El que iba a verlas era "el típico cinéfilo que vestía pantalones tergal e iba con una bolsa de plástico llena de revistas, periódicos y, era generalmente feo", bromea Antonio.
Muchos de los alumnos más jóvenes ven las películas y series en las plataformas online como Netflix o HBO, aunque algunos confiesan que, en ocasiones, también se descargan de Internet las películas, capítulos o canciones.
