La gloria ya no es para los españoles conquistar los océanos o derribar las cordilleras. Se conforman con cantar un gol de otro.
Un amigo mío, Antonio Gómez Moreno, médico y del Atleti, suele decir que en las ecos y en los tac, todo lo blanco es malo. Es la eterna lucha entre los colchoneros y los merengones.
Anteayer los blancos hicieron sonar el himno del Real Madrid en el monólogo de Carlos Alsina. Fue la treinta y una remontada histórica.
En el minuto 89 iban perdiendo por uno a cero, dos minutos después, Rodrygo metió dos goles y Benzemá dio la puntilla con un penalti en la prórroga. Valdano narró la victoria al estilo Jenofuente.
El Real Madrid derrotó al Manchester y jugará en París la final número diecisiete. El estadio fue el jugador número doce, aunque muchos aficionados sin fe oyeron el alarido ya fuera del estadio. El héroe fue Rodrygo, un brasileño que nació en el siglo XXI.
El fútbol es también una batalla con instantes de belleza y puede narrarse como una epopeya. El equipo volvió a ser el de las saetas rubias, el que nunca se rinde..
Amancio vio una vez que no llevaba el escudo del Real Madrid en la camiseta y Di Stefano le dijo: "No olvides, gallego, que para llevar ese escudo hay que sudar la camiseta". La sudaron.
Bernabéu, que estudió como Azaña en los Agustinos, cuando el Real Madrid jugó en Moscú dijo: "La paloma de la paz es un balón".
Ancelotti ha utilizado el vino como metáfora para referirse a Benzemá: "Cada día es mejor como el vino". El balón es el nombre de una copa y muchos de los héroes del domingo, querido Carlos, tienen bodegas y marcas de mollate, así que ¡viva el vino!
