OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Sánchez, preocupado por la revuelta agraria, ha cambiado el Falcon por el tractor"

Pues sí que está preocupado el gobierno por la revuelta agraria. Tanto que el presidente Sánchez ha cambiado el Falcon por el tractor y es capaz de presentarse él mismo a la puerta del Carrefour con una pancarta.

Carlos Alsina

Madrid |

En la Moncloa han descubierto de golpe el peligro de que se le ponga en contra el campo y han elegido bando. Sabido es que el gobierno es dado a simplificar los problemas ante la opinión pública (salvo Cataluña, que siempre es tremendamente complejo), detectar con quien están las simpatías de la mayoría y alinearse con ella. Es más fácil comprender a un pequeño agricultor, con cara y ojos, como diría Rajoy, que vende su producto a un precio tan bajo que apenas le da para pagar la electricidad, el gasóleo y a sus empleados que comprender a una gran cadena de supermercados que no tiene ni cara ni ojos y de la que todo lo que sabemos es que nos gusta mucho que ofrezca buenos productos a bajos precios.

Y como damos por hecho que gana muchísimo dinero, pues oiga, que reparta con los agricultores; eso sí, sin subirnos el precio de las patatas, o de la fruta, o de la carne, a nosotros, los consumidores.

El presidente ve por dónde sopla el viento y se pone bravo con (o contra) las cadenas de supermercados. La autocrítica se la hace el presidente a los centros comerciales.

En homenaje a Cuerda podríamos decir que nos ha brotado un presidente en el bancal. No es muy elaborada la estarategia, pero en Moncloa deben de pensar que es resultona: cambiamos el foco y en lugar de que sea el gobierno el destinatario de las críticas, que lo sean los supermercados. ¿Dices que hay una revuelta agraria contra el gobierno? No, no, es contra Carrefour y Mercadona.

Lástima que el presidente no aclarase qué autocrítica es la que, según él, deben hacer los supermercados. Anoche empezaron los distribuidores a asomarse a los medios para dar su versión de lo que está pasando. En La Brújula estuvo la Asociación de Empresas de Supermercados, su director general, García Magarzo.

Niega el portavoz de los supermercados que se estén vendiendo productos a pérdida, es decir, por debajo de lo que le cuesta al distribuidor para atraer al cliente y compensarlo en otros productos, recuerda que en agosto ya hubo una reunión de todas las partes con el presidente Sánchez y el ministro y sobre la autocrítica, pues anima a que se la haga cada uno a sí mismo.

No parece que vayamos a ver a Sánchez convocando en la Moncloa a los consejeros delegados de las cadenas de supermercados para echarles la bronca.

Al mediodía de hoy llegará el presidente al Palau de la Generalitat de Cataluña para dejarse agasajar por Joaquim Torra aunque, en realidad, será Sánchez quien le estará agasajando a él. Fue Torra quien exigió esta reunión, fue Junqueras quien presionó a Sánchez para que la concediera y es el presidente quien traga el sapo puigdemoníaco y se planta con su mejor sonrisa en el Palau. A repetir lo de Pedralbes de hace año y pico pero con dos diferencias:

• Una, que Torra ya está con un pie fuera y abandonado por sus socio de gobierno. Coartada perfecta para que Sánchez lo despache sin atender demasiado a nada de lo que le pida.

• Dos, que la reunión aquella fue para iniciar la negociación que iba a haber conducido a una mesa de negociación fuera del Parlamento y con relator incorporado y ahora la mesa en cuestión ya está aceptada y bendecida por el gobierno de España. Sin relator pero con tutor carcelario, que es Junqueras.

Torra no necesita llevar hoy el documento de los 21 puntos de hace un año porque sus 21 mandamientos se resumen en dos: amnistía y autodeterminación. Que significa impunidad por los delitos cometidos y saltarse la soberanía nacional.

O sea, el estribillo de siempre de quien por dialogar entiende que se trague con lo que él quiere imponer al resto. Ya se le pasó al independentismo el calentón que tuvo con el eslógan aquel de los batasunamis, lo de 'Spain sit and talk', siéntate y traga, que era una fake news elevada al cubo porque diálogo ha habido para aburrir. Sobre la financiación de los servicios públicos, en los tiempos de la recesión y del fiasco aquel de los bonos patrióticos, o sobre la borrasca Gloria en el Delta del Ebro, que según la vicepresidenta segunda debería ser un tema principal del mano a mano entre Sánchez y Torra.

El presidente mutante se cita con el president políticamente difunto. Sánchez no va a una reunión. Va a un velatorio.

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