Pues sí que lo ha sido, sí, pero sólo en una cosa: en dos meses hay que votar de nuevo porque a los partidos les ha resultado imposible resolver el puzzle que salió de las urnas. No es que se lo pusiéramos muy difícil, es que ellos no estaban preparados para poner cada pieza en su sitio. Prueba no superada. Ahora nos piden una segunda oportunidad, que les pongamos una ecuación más simple. Bajen el nivel de dificultad que esta pantalla no sabemos cómo se pasa.
El gatillazo del novísimo parlamento del final del bipartidismo y la nueva política. La primera, en la frente. Resulta que hemos repartido tanto el voto que les hemos gripado a nuestros líderes la máquina de pactar. Por eso nos suplican que en junio lo repartamos menos. Vótenme más a mí y menos a ese otro. No es muy novedoso el eslogan, pero en los últimos treinta años era lo que decían el PSOE y el PP, el uno del otro —vótenme a mí, no a ése doberman que va a acabar con las pensiones, no a ese pancartero que va a romper España— y ahora se lo dicen PSOE y Podemos, por un lado, y PP y Ciudadanos por el otro. Vóteme más a mí y menos a ése que ya ha visto usted lo que ha hecho.
Se puede aplicar a todas las campañas, pero más que a ninguna a ésta de ahora: “aquí todo el mundo va a lo suyo, menos yo, que voy a lo mío”. Todos dicen haber hecho lo mejor para el país y todos confían en que el electorado se lo premie. Bueno, el PP también confía en que se cumpla lo que están diciendo las encuestas y la nueva abstención castigue sobre todo a los otros. La fidelidad de su electorado es superior a la de Ciudadanos. Y a la del PSOE. Y a la de Podemos.
Lo primero que dijo ayer la pareja Álvarez Toxo, sitúense, los líderes sindicales, es que el 26 de junio hay que ir a votar. Mucho. Y lo segundo, que hay que votar a los partidos de izquierdas. Los líderes de los dos sindicatos de clase ---los dos partidos sindicales--- en su mitin a dos voces. Alvarez se hace la pregunta.
Y Fernández Toxo se la responde.El gobierno al que le hicieron dos huelgas generales en 2012 con ningún fruto.
Desde luego, si el índice de participación depende del caso que se le haga a los líderes sindicales, mal vamos. El predicamento de sus recetas políticas y el seguimiento de sus convocatorias apenas alcanza la categoría de testimonial. Álvarez y Toxo en su minuto de gloria mediática de cada año que da paso a los siguientes doce meses de irrelevancia.
Podemos e IU avanzarán esta semana en sus cláusulas matrimoniales para poder anunciar en breve cómo y dónde concurrían juntos. Y con qué apellido familiar se les conocerá a partir de ahora. La estrategia podemista consiste en añadir a su lista de marcas asociadas (ellos prefieren llamarlo confluencias) todo lo que quede libre y tenga votos. Han estado sondeando a Pacma, el partido animalista, a los nacionalistas baleares, a la Chunta Aragonesista.
Pueden acabar formando una sopa de letras, como aquella de Fraga en el 83, AP-PDP-UL. Que eso es lo que no quiere Podemos, perder identidad difuminando la marca. Aunque siempre pueden volver a poner como logotipo la cabeza de Pablo Iglesias.
En el PSOE siguen con sus cosas. El comité federal fue bien. Sánchez dijo a los generales del partido que abandonen las disputas internas y ellos hicieron ver que, dicho y hecho, ya está, abandonadas. En realidad lo que Sánchez quería decir es que no lo abandonen a él. Y a eso no hubo respuesta, Pedro. Susana le dijo: gana las elecciones, hombre. Que es como decirle a Barei que gane Eurovisión. Pídele algo que pueda conseguir, mujer. Las elecciones sabe de sobra todo el PSOE que están perdidas. La duda es si consiguen más de noventa escaños o menos. Y si es menos, cuántos saca Podemos.
Hoy cuenta Anabel Díez en El País que Sánchez le dijo al comité federal el sábado que, después de las elecciones, en ningún caso pactará con el PP porque ser socialista “es una forma de entender la vida radicalmente distinta de la que representa el PP”. Pero lo más interesante de la crónica de Anabel no es lo que diojo Sánchez sino esto otro: “Sus palabras no despertaron ninguna reacción entre los presentes”. A ver. Si debían de estar todos pensando que para después de las elecciones quién sabe cuánto quedará de Sánchez. Después de Eurovisión no me pidáis que empiece a cantar boleros,
Como las encuestas estén en lo cierto, el comité federal destroyer será el del 27 de junio. Eso será la boda roja. No por el casamiento con Podemos, sino por el capítulo 9 de la tercera de Juego de tronos, de ahí no salió vivo ni el joven rey ni quienes integraban su comitiva.