Si a usted le interesa cero el fútbol, no le pone lo más mínimo la legendaria rivalidad entre el Madrid y el Atlético en la capital de España, si para usted Milán es esa ciudad en la que está el teatro La Scala, el castillo de los Sforza y el trono de Silvio Berlusconi, ármese de paciencia porque hoy y mañana se va a hartar de oírnos hablar, y de ver en Antena 3, historias relativas a la final de la Champions. Milán es la palabra de este fin de semana, el santo es San Siro y los nombres propios son, entre otros, Zidane y Simeone.
Milán, que va a sustituir por unas horas a Caracas como capital del debate político en España. Ahora que Rivera ya ha vuelto de allí –-emplazando a Podemos, que era de lo que se trataba el viaje, a tomar postura sobre Maduro, toma el relevo el PP, o el gobierno del PP, que sigue ninguneando a Pedro Sánchez como rival en estas elecciones y poniendo el foco en Pablo Iglesias. Hoy reúne Rajoy al Consejo de Seguridad Nacional. ¿El qué? El Consejo de Seguridad Nacional, que es un grupo de altos cargos cuya tarea es asesorar al presidente del gobierno para la toma de decisiones sobre los riesgos que encara en país y la forma de prevenirlos o sortearlos. Traducido: Rajoy, Soraya, diez ministros, Moragas y los responsables del Centro Nacional de Inteligencia, el Ejército y la Policía.
Es un órgano que se reúne seis o siete veces al año, cuando el presidente lo considere oportuno, y que desde las últimas elecciones no se había reunido. ¿Cuáles son los riesgos ésos que se analizan ahí? Pues el yihadismo, la cyber delincuencia, las mafias de la inmigración o la situación de nuestras embajadas en países conflictivos. Todo esto es rutina, digamos, los sospechosos habituales. Pero la novedad de esta ocasión, y así se ha encargado el Gobierno de destacarlo por si alguien no reparaba en ello, es…Venezuela. La seguridad de los españoles que residen en aquel país (casi 200.000) y de las empresas españolas.
Agarra así el gobierno del Partido Popular, también él, la bandera de Venezuela como acicate de campaña electoral para que no parezca que el ministro de Asuntos Exteriores es Albert Rivera (Álbert, como lo llama el gobierno chavista). Y responde así el gobierno a los ataques que, casi a diario, le dedica a Rajoy el presidente Maduro.
Se suma, así, a los convocantes de debates electorales no entre candidatos de su país –-Maduro con Capriles no debate nunca— sino entre los aspirantes a la presidencia del gobierno de España.
Este hombre vergonzoso nunca ha sido. No le tuvo que decir la madre a la maestra es que el niño es tímido. Maduro es el cuñado que anima las comidas familiares contando el chiste de "van un español, un francés, un inglés y un venezolano por el desierto y se encuentran con Rajoy".