La destitución de un entrenador es siempre el fracaso de quien lo trajo, que suele ser el presidente, aunque se responsabilice al Director Deportivo, pero el presidente siendo el dueño de las acciones no se cesa, ni cesa al director deportivo, que le propuso ese entrenador o viceversa. En todo caso ningún entrenador entrena un equipo si el presidente no quiere.
Dudo mucho de estos cambios tan tempraneros, porque normalmente se deben más al equipo que al entrenador, pero ha habido veces que he visto a nuevos entrenadores motivar a un equipos de manera milagrosa, Marcelino era uno de ellos, y su trabajo en el Valencia confirma su capacidad como motivador. Sin embargo, las más de las veces, los equipos que descienden suelen haber cambiado de entrenador más de dos veces en esa misma temporada. El año pasado 7 equipos cambiaron de entrenador.
Entre esos 7 equipos están los 3 que bajaron a Segunda: Sporting, Osasuna y Granada, y dos de ellos cambiaron hasta tres veces al entrenador, lo cual demostraba que el error más grave lo cometía quien elegía a los entrenadores, que suelen tener una fecha límite de no más de 3 o 4 años, porque los futbolistas los queman, los pierden la fe y terminan basureándoles hasta echarles, sobre todo los que no juegan, y en todos los vestuarios hay suplentes, y no todos contribuyen a crear un clima ideal. Muchas veces, más que cesar al entrenador, conviene sanear el vestuario pero posiblemente sea más caro y más traumático, aunque estoy seguro que sería más efectivo