De la Morena: "Hacer burla a un futbolista por el color de su piel es de lo más ridículo que se pueden ver en un campo de fútbol"

Ha sido un fin de semana soberbio para nuestro deporte que volvió a ganar el europeo de selecciones de balonmano imponiéndose ayer a Croacia y asegurándose la participación para los Juegos Olímpicos de este verano en Tokyo; soberbio nuestro waterpolo, que vuelve a brillar con la selección femenina campeona de Europa y la masculina subcampeona tras caer ayer en la final ante Hungría en la tanda de penaltis.

Es un resplandor casi total el de nuestro deporte, pero me preocupa la educación y el clima que estamos creando en sus alrededores, por ejemplo esos brotes racistas y xenófobos que han vuelto a aparecer en las gradas. Hacer burla a un futbolista por el color de su piel, es de las cosas más ridículas que se pueden ver en un campo de fútbol.

Pensaba que eso en nuestro país pertenecía al pasado oscuro. Pero vuelve, la estupidez y los estúpidos siempre insisten, por eso no cambian. Quizá nuestro error como medios de comunicación no sea cortarlo, como algunos comentan, quizá sería mejor señalarlos, enseñarlos para que se les vea y quizá serían necesarias leyes más severas y medidas tan duras como las de ese equipo de Israel, que a sus ultras, los detecta a través de fotografías y vídeos, y los pone ante los tribunales bajo una demanda de un millón de euros, por daños de imagen al club. Al principio insistieron, pero después de sentar a varios ultras por sus insultos racistas bajo esa demanda del millón de euros, han desaparecido. Podríamos copiarlo. Nos ahorraríamos incidentes tan vergonzosos como el que hemos visto este fin de semana en las calles de Valencia o en Cornellá. Es un problema de los clubs, que sufre la sociedad y que tiene que solucionar los clubs. Delátenlos, siéntelos ante los jueces.