La Alhambra es un conjunto monumental compuesto por numerosos palacios, jardines y fortalezas. Sin embargo, esta ciudad nazarí esconde debajo todo un entramado de lugares secretos y recónditos que los visitantes no ven y al que únicamente acceden los profesionales acreditados.
El Aljibe de Tendilla, una catedral oculta bajo la Alhambra
Silos, mazmorras, pasillos subterráneos y zonas de pasos de guardia han quedado ocultos bajo los monumentos. Antonio Peral, jefe del servicio de conservación del Patronato de la Alhambra y Generalife, habla del Aljibe de Tendilla, un monumento "totalmente inesperado y espectacular". Se trata de un aljibe construido por el Conde de Tendilla cuando se tomó la Alhambra y tiene unas dimensiones prácticamente de catedral.
Estos lugares, por motivos de conservación o ubicación, no están en el itinerario de visita pública diaria, pero a través de programas educativos y visitas especializadas se pueden reservar entradas por la web y visitarlos.
"Cuando pude acceder por primera vez al Aljibe de Tendilla me impresionó ver cómo nada te hace pensar que hay toda una catedral debajo", dice de esta obra de ingeniería.
Cómo conciliar el trabajo de los restauradores con las visitas a la Alhambra
Su trabajo es complicado porque la Alhambra está abierta todos los días a la visita de miles de personas mientras hay que realizar las labores de conservación. Además, se trata de una ciudad, un conjunto monumental donde también se debe afrontar restauraciones específicas de zonas con mayor deterioro.
Como es pertinente, en la Alhambra hay un equipo maravilloso de restauradores, arquitectos y otros profesionales para planificar y compatibilizar las visitas con la conservación. "Nos obliga a planificar y diseñar estrategias que nos permitan actuar programando e intentando no llegar tarde a las intervenciones", detalla.
Conservar este legado para poder dejarlo a nuestras generaciones futuras
Uno de los objetivos principales es la "conservación preventiva" para evitar situaciones más complejas. Obviamente, en una ciudad nazarí cuyas intervenciones más potentes se realizaron a principios del siglo XX, requiere muchos esfuerzos para conservar este magnífico legado.
En definitiva, se trata de un trabajo complicado cuya única finalidad es "conservar este legado para poder dejarlo a nuestras generaciones futuras".
