Es un viernes víspera de todo, porque este fin de semana se celebran dos acontecimientos informativos de gran relevancia. Si yo les digo que el sábado es Eurovisión alguno dirá: «Hombre… no frivolice». Miren la politización del certamen musical va creciendo cada minuto y se está produciendo un verdadero acoso contra la representante israelí, que puede tener como consecuencia una movilización de simpatía que le multiplique los apoyos del voto popular.
La otra cita informativa son las elecciones de Cataluña. Hoy los caravanas llegan a su destino, fin de la campaña y el domingo los catalanes decidirán su gobierno.
Hoy no acudiremos a la cotización de las hortalizas para contarles las encuestas que están en manos de los equipos electorales. Pero como resumen, les diremos que tras la campaña llega un Puigdemont con ánimos de remontada, un Illa temeroso del empuje de Junts, un Esquerra desplomado, catastrófico, un PP exhausto, sin saber si podrá sobrepasar a Vox, los Comunes sumidos en la irrelevancia, la Cup a lo suyo y emerge con más fuerza de lo que se preveía la ultraderecha con barretina de Aliança Catalana.
Las casas de apuestas considerarían que la opción más probable es una repetición electoral y en cualquier caso, la política nacional va a sufrir una convulsión… porque todo comienza de nuevo. Pedro Sánchez se enfrenta en realidad a una nueva investidura, porque el nuevo Parlament de Cataluña y en consecuencia la nueva Generalitat impondrá una negociación distinta.
Y luego, la semana que viene la amnistía regresará al Congreso y Puigdemont ya sueña con regresar a finales de mes. Para vivir el veranito en Gerona, que es una de las costas más bellas de España.
Tenemos a esta hora dos conexiones abiertas. La primera nos lleva a Washington adonde ha viajado el ministro de Exteriores de la diplomacia española, José Manuel Albares, para informa al secretario de Estado Anthony Blinken de la intención de España de reconocer el Estado palestino el próximo 21 de mayo. La fecha se le ha escapado a Josep Borrel, alto representante la Unión Europea. Antes lo había dado como cierto la televisión irlandesa y cuando le preguntaron a Borrell si conocía ese detalle, él confesó que sí… que así se lo había dicho Albares…
En cuanto a Eurovisión, hay mucha gente que quiere convertir el certamen festivo en una ceremonia de repudio de Israel y que además lo sufra la artista que acudirá allí en representación, que es esta chica Eden Golan, que es una de la mejores voces del concurso y que tiene que escuchar los abucheos de una parte de público, a una muchedumbre de manifestantes profiriendo amenazas e insultos a las puertas de su hotel, llamamientos al boicot e incluso los gestos antiisraelíes de algunos de los otros concursantes.
