La crisis energética va a más. El precio de la electricidad ha alcanzado hoy su segundo máximo del año. Los megavatios no entienden de promesas políticas. El gas tampoco. Hay una carrera mundial por abastecerse ante el invierno. Enagás ha contratado casi 140 buques metaneros ante el temor a un invierno frio y critico. Son 50 barcos más que el año pasado.
En la industria, el coste energético se está zampando la recuperación y la elevación de los precios está dejando a la industria electro intensiva tiritando. El gigante del acero, Arcelor, ha anunciado parones en la producción en varias plantas del continente, entre ellas la española de Olabarría, ante el encarecimiento de la electricidad.
Arcelor se suma así a los problemas de Sidenor, Fertiberia, Ferroatlántica o el clúster azulejero de Castellón. Las dificultades energéticas se unen a los cuellos de botella en el suministro de materias primas y componentes. El 40% de las empresas de la construcción han detenido o suspendido obras por el encarecimiento de las materias primas. En los últimos doce meses el aluminio y el acero han subido entre el 80 y el 100%. El petróleo casi el 200%. En Europa, el oro negro está en máximos de tres años y en EEUU en los niveles de hace siete.
La pandemia provocó un colapso brusco de la economía por el confinamiento y la recuperación es tan abrupta que está provocando estrechamientos que nadie había previsto. Y en estas llega el Gobierno y establece nuevos incrementos fiscales, algunos por la puerta de atrás.
Es el caso del nuevo sistema de valoración de inmuebles que puede terminar con subidas en diversos impuestos como Sucesiones, transmisiones o Patrimonio. O los incrementos en las cotizaciones sociales, tanto a empresas como autónomos. Y ahora, en la Brújula de la Economía, a poner luz a todo esto.