El miedo es un instinto primitivo que en el terreno económico puede resultar fundamental. Más aún, en tiempos en los que la llegada de Donald Trump ha deteriorado gravemente la normalidad y la previsibilidad, dos valores fundamentales para un funcionamiento de la economía.
La encuesta trimestral que el Banco de España realizada a las empresas pone números a esta realidad. Las compañías declaran que se está produciendo un leve retroceso en su facturación este trimestre a causa de la elevada incertidumbre. Un 30% de las encuestadas señalan que gran parte del impacto por el alza de las barreras comerciales les llega de manera indirecta y a causa de la inestabilidad global en los mercados.
Un impacto que también sufrirá el bolsillo del consumidor
Casi la mitad de estas empresas considera que el coste de los aranceles se lo pasará al cliente manteniendo los precios al alza. Por otro lado, un 32% ya está buscando proveedores en otros países y un 28% baraja abrir nuevos mercados dónde vender.
España también se está viendo afectada
Estos resultados nos muestran como a la hora de afirmar que España puede ser uno de los países menos afectados por la guerra arancelaria de Trump debido a nuestro escaso intercambio comercial con EEUU, no debemos minusvalorar la capacidad de hacer daño que tiene el miedo.
